lunes, 13 de diciembre de 2010

Alguna de las excentricidades de Ella

Siempre ha sido de esas lectoras anónimas. Esas que siguen todas las actualizaciones de un completo desconocido cuando le gusta lo que escribe o cree que tiene potencial y jamás firma. Nunca le han gustado las redes sociales y dejó de fumar, aunque nunca lo hizo con asiduidad, hace ya un par de años.

Ella cambia su habitación varias veces al año, arregla sus muebles y todos los aparatos de la casa. Su opinión suele ser un enigma porque es fan del silencio. No es que se calle cuando tiene ganas de hablar es que directamente articular palabra por algo que no cree relevante le requiere tanto esfuerzo que, directamente, opta por no hacerlo. Es de esas personas a las que las palabras vacías le resultan estúpidas, «si no hay nada que decir es mejor no decir nada».

Su nombre le parece horrible así que siempre lo abrevia en Ella y de hecho, salvo familiares y aquellos relacionados con cuestiones legales, nadie lo conoce. Es un poco escéntrica, que es como se les llama a los raros con estilo, pero lo cierto es que nunca falla a los suyos aunque "los suyos" sean pocos y muy diferenciados, e incluso, aunque no los vea durante años.


viernes, 3 de diciembre de 2010

Formalidad ante todo

- Verás Mel lo nuestro ya es serio y formal
- No, no lo es
- Cariño, ¡llevamos más de 4 años!
- Eso sólo te convierte en mi relación sin problemas más larga. Además tú y yo peleamos cada dos por tres.
- Como cualquier hermana, ¡Esto confirma nuestra teoría!
- ¡beh!- dijo guiñándole un ojo mientras cerraba la maleta- lo nuestro no tiene porque ser serio y formal, nosotras siempre fuimos más ese par de hermanas que basaban su decisión en un impulso expontáneo. Somos hermanas de manta y carretera.
- ¡Si señor, pero con estilo!
- Eso no lo dirás por ti- dijo en bajini mientras Ella le devolvía una mirada de odio
- ¿acaso dudas de mi feminidad?
- Pues es que... verás...

y ambas comenzaron a reirse.

martes, 30 de noviembre de 2010

La lágrima de Melissa

No esperaba sonreír y ni volver a derramar una lágrima por él, pero lo hizo y de hecho, al hacerlo, volvió a ser libre.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Lo suyo siempre supo a helado de nuez de macadamia.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Los cafés de Ella

Echaba de menos los cafés con canela y nesquick en su justa proporción, bien calientes... esos que le daban olor a toda la casa, esos que sólo sabía hacer ella y que a todo el mundo le encantaban. Los llamaban capuccinos pero en realidad aquello eran los cafés de Ella...

Instrucciones

Invítame a café, dame un abrazo, dime que todo saldrá bien y después, si me ves llorar, cierra el pico.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Buscando un norte

Café Caliente: By Flickr (lamento no recordar el nombre del autor)

Dicen que saber cómo toma el café otra persona determina cuánto la conoces
Nadie sabe cómo toma el café Melissa, de hecho, no lo sabe ni ella misma, es más a veces incluso no tiene muy claro si le gusta el café. Lo mismo le ocurre con el tabaco y con otras tantas cosas de su vida, hoy es uno de esos días en los que se siente como un bicho raro, y porqué no reconocerlo... algo sola.

Si te la encuentras por la calle procura sonreirla puede que hoy Melissa vaya buscando un norte

Perder la cabeza

Aquel día quería gritar, correr, salir huyendo o, simplemente, pasar de todo. Sentía que el pequeño engranaje que conformaba su vida se había oxidado y el tiempo pasaba inexorable mientras algunos de sus resortes, sin embargo, avanzaban cada vez más despacio. Quería detener el movimiento de la tierra en un grito y que después sólo hubiera silencio... Podría haber hecho tantas y tantas cosas y, sin embargo, las horas se habían escapado de su reloj y aún no tenía demasiado claro cómo. «hasta que todo encaje no mires atrás» se repetía una y otra vez, puede que así lograra concentrarse pero lo cierto es que aquel día quería gritar, correr, salir huyendo, escaparse como lo hacen los dibujos animados por una puerta escondida en ninguna parte, quería ser Alicia y tener su país pero se sentía como el conejo reloj en mano tratando, en vano, de explicarle a la reina de corazones que no había llegado a tiempo...Temía, como el conejo, estar a punto de perder la cabeza.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Sin mañana

Se sentó en la silla y con el corazón latiendo a ritmo de tango le esperó con un bombin y una corbata como únicos complementos de su cuerpo.

A la sorpresa le siguió un dedo rebelde empeñado en descubrir cada curva de su orografía y ¡que experto caminante! cuando de sus húmedos labios arrancó un te quiero mezcla de lascivia y de emoción que continuó en una horizontalidad vehemente y extasiada con un in crescendo de miradas que más que encontrarse se desafiaban devorándose hasta el alma. La función había dado comienzo y como olas del mar rompieron contra la costa de sus más profundos deseos que acabaron a la señal de dos cuerpos sincronicamente espasmódicos.

Aquella noche durmieron abrazados y olvidaron, si es que alguna vez quisieron recordarlo, que existía un mañana más allá de las cuatro paredes de su habitación.

Apareció el frío

Amaneció con frío y con viento, «un poquito más» pensó antes de destaparse, se vistió y miró a la bufanda como quién mira un café en una noche fría de invierno. Aspiró el olor a castañas recién hechas que venía de la cocina, probablemente Melissa las habría traido, y pensó, como tantos otros pensaron antes, que el invierno en Madrid había llegado y que no tardarían en llegar, con él, las luces, la música y el olor a dulce... La gente parecía desencantada con el Invierno y aún más con las Navidades aunque claro, yo diría que por eso a Ella aún le gustaban más.

martes, 19 de octubre de 2010

sonrisas en el metro

Ada mira a su alrededor y sonríe a cada una de las personas que comparten su vagón. Uno de ellos, un muchacho joven, entre los 18 y los 25 años se ha quedado sorprendido, ha sacado la nariz de los mundos ficticios de su libro y le presta atención. Primero analiza su ropa, jersey de rayas morado, pantalones vaqueros, converse pintorrejeadas con dibujos infantiles, un calcetín de cada color que se intuye entre los agujeros de las converse, va leyendo pero ¿qué leerá?- se pregunta el joven.

Ada ha notado que el muchacho la está mirando, le facilita que vea el libro El clown, un navegante de las emociones cuya portada es una cara con una nariz de payaso. Y de nuevo vuelve a sonreirle calidamente.

Está confuso... ¿la conoce? No, seguro que no la conoce, no se le olvidaría alguien así ¿o si? ¿por qué le sonríe? lo cierto es que tiene una sonrisa bonita, si no fuera tan vergonzoso se la devolvería, pero...¿por qué lo hace? es gordito, no muy alto y no es guapo, así que no puede pretender ligar con él ¿o sí? ¿quizás se ríe de él? pero... esa sonrisa es demasiado cálida ¿qué pretende? vuelve a mirarla y después decide seguir leyendo.

Ada acaba de llegar a su parada, guarda el libro en la mochila, vuelve a sonreirle y sale del vagón.

Levanta la mirada y la busca,¡se está marchando! se ha quedado con ganas de despedirse, fija su vista en ella... «gírate, por favor, por favor, por favor, gírate»

Ada sube las escaleras mecánicas y echa un último vistazo al que hace menos de un minuto era su tren, ve al muchacho con los ojos fijados en ella, sonríe y él alza la mano y la sacude en un tímido «Hasta luego»

Normalmente la gente esquiva las sonrisas en los lugares cerrados, parecen incomodarle, pero... por gente como aquel muchacho lo cierto es que Ada sigue en sus trece (desde que llegó a Madrid) piensa sonreír a todas y cada una de las personas que se crucen en su camino aunque a estas les de vergüenza responder a su entusiasmo contagioso, puede que a base de hacerlo alguien decida sonreír más a menudo.

lunes, 4 de octubre de 2010

Se lo propuso cientos de veces...¡miles!

Se propuso escribir cientos... ¡miles de veces!, pero nunca tenía el valor o la inspiración suficiente. Simplemente, dejó que pasase el tiempo, que llegasen las lluvias y el otoño se vistiera de ocres haciendo, por fin, acto de presencia. Cambió los muebles de su habitación, pintó cada una de las paredes de una tonalidad diferente de azul y dejó que el suelo y el techo siguieran tan blancos como siempre y un buen día se despertó, miró por la ventana y comenzó a escribir. No había recuperado la inspiración y, desde luego, su escrito fue algo pobre, pero era breve y conciso:

Tú, yo. Este fin de semana. Desconectar del mundo en: Toledo, Aranjuez, La sierra ¡dónde quieras! el paraiso nos queda a tiro de Renfe.

Lo selló. Lo mandó y ahora espera respuesta.
Se había propuesto escribir cientos de veces, ¡miles!, y jamás imaginó que fuera tan simple decir: Te quiero

martes, 7 de septiembre de 2010

Carta a una vieja amiga

Querida Izaskun:

Dicen que volver a empezar en septiembre se hace difícil, que las clases se hacen pesadas y que la vuelta a la realidad después de días de ocio se convierte en algo deprimente, sin embargo, no sé si es Madrid, la universidad, o tal vez el sentimiento que tuve al llegar a casa, en cualquier caso, lo cierto es que a mi no me parece tan horrible. Verás el simple hecho de abrir la puerta del piso y encontrarme a Mel pintándose las uñas de los pies pensando en irse de fiesta mientras Kai observaba con ojos golosos una lata de atún y Ella volvía a reirse del lugar en que Melissa había dejado en esta ocasión las llaves (ni más ni menos que en el frigorífico) hizo que un sentimiento de familiaridad y tranquilidad me invadiera. Creo que mi hogar está aquí. Pero, por si me quedaban dudas, cuando Aitor pasó por casa y volví a encontrarme con el Hombre con Sombrero e incluso con JJ me dí cuenta de que sí, obviamente necesito viajar y volver a veros, caminar por las playas de mi Asturias natal mientras paseo con kuki (¡no sabes lo que ha crecido esta bendita golden retriever desde que te vi!) pero realmente creo que, al fin, he formado mi propia familia selecta y lo cierto es que con ellos empezar las clases no sólo deja de ser un castigo si no que incluso se convierte en algo completamente apetecible, como diría JJ «un hobby». Ojalá vengas pronto por aquí y pueda presentártelos a todos porque verás, a ti también te hecho de menos y ,además, existe cierto malabarista al que te encantaría conocer.

Sin más me despido ¡Creo que a Melissa se le está quemando la comida! Cuídate ¿vale? y ya sabes ¡Nos vemos en los bares o comiéndonos la ciudad!

Besos

Ada

domingo, 5 de septiembre de 2010

Café de coctelera

Aquel día probó el café de coctelera y la esperanza en lata de conserva. Muchos hubieran dicho que había sido un día de locos pero para Ella aquello sólo era una variación de lo normal, los locos eran los que negaban los impulsos y vivían su rutina como si cada día fuera una prolongación del siguiente. Puede que por ellos siempre fuera una contradicción aparente para el resto del mundo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

(=

Ella llevaba tacones. Él veía su culo en un pedestal.

martes, 31 de agosto de 2010

Ella y Ada

Llega casa cansada y con ganas de escapar. Se mete sigilosa en su cuarto y se esconde bajo las sabanas ¡no es como una cría sigue siendo una niña chica aunque su cuerpo diga lo contario!, tiene sueño, está asustada, se siente perdida y necesita escuchar que todo saldrá bien, aunque jamás reconocerá que hoy se siente vulnerable... Ada lo ha visto y aunque Ella lo ha hecho bien, Ada ha escuchado sus pasos, sabe que está mal, siempre sigue los mismos patrones cuando el mundo consigue vencerla. Se acerca a su cuarto, se cuela en su cama la abraza fuerte y susurra en su oído ese «Todo saldrá bien» que Ella estaba esperando. Hoy ninguna dormirá sola, quizás así, al llegar mañana, cuando despierte el sol y las encuentre juntas, su suerte cambie y se espante el miedo trayendo consigo un saco de esperanza.

En casa


Se sentó en el sofá y recordó los ultimos días por carreteras secundarias repletas de infitas curvas. Había sido un gran verano, el hastío del calor la había arrancado de las fauces de Madrid, primero hacia el sur y más tarde hacia el norte. Un anuncio hizo que volviese a la realidad y decidió apagar el televisor y terminar de saborear aquel café de sobremesa con la banda sonora de su memoria. La costa murciana y , en consecuencia, el Leyendas del Rock (inundación incluida) habían sido el primer destino de aquel viaje descabellado en la Harley de su padre pero, sin duda, no el último. Al acabar la primera noche tras el último concierto ,que pasó en vela con nuevas caras y viejos amigos, recogió sus cosas y partió rumbo al norte. Visitó Valencia, Teruel, Zaragoza, Irati, Pamplona y San Sebastián. Hizo noche en pueblos pequeños y trató de recorrer multitud de caminos secundarios. Recordaba divertida un fin de semana en Esparza de Salazar donde coincidió con un par de chicos y una muchacha que parecían estar pasando unas breves vacaciones en la cabaña situada junto a la suya. Todas las noches hacían cachimba y reían divertidos recordando anécdotas del día, siempre que pasaba junto a ellos saludaba y ellos trataban de invitarla a beber. ¡Gente maja aquellos chicos que pensaron que era vasca!

Recordaba, también, cómo diluviaba el día que llegó a Tafalla y cómo una viejecita se apiadó de ella porque le recordaba a su nieta. Pasó toda la noche hablando con aquella mujer, se llamaba Milagros y su vida desde luego hacía honor a su nombre. Era dificil olvidar su cándido abrazo la mañana siguiente al partir y cómo había llenado su mochila de bocadillos porque en su opinión se estaba «quedando en los huesos». Sí. «un gran viaje» pensó para si misma mientras terminaba el café. Por suerte todos los viajes acaban en casa y lo cierto es que no hay nada como llegar al hogar después de mucho tiempo incluso cuando ese tiempo ha sido tan emocionante, agradable, divertido, mágico y entrañable como el que Mel había pasado fuera. Su piso era, como rezaba Ikea, «La república independiente de su casa» y sin duda, aún con todo, lo había echado de menos.

Se levantó del sofá limpió la taza y agarró el teléfono para llamar a Ada y a Ella, sólo cuando llegasen estaría verdaderamente en casa.

Café con Ella

Por algún motivo. Quién sabe: Aroma, sabor o todo aquello que implica. La palabra café y todos sus posibles significados conseguían calmarla incluso en días como hoy en los que todo era negro aunque brillase el sol.

Todo el mundo tiene una manía o una adicción: Tabaco, alcohol, colecciones, supersticiones, animales... en su caso era el café. El café le daba vida.

Además una de las pocas cosas que compartían las tres era aquello: Su pasión por el café, por el café con Ella.

martes, 10 de agosto de 2010

El dolor de Ada


Lo peor no era haber pasado tres horas nadando contra las olas en una playa desierta a las 6 de la mañana. Lo peor era que aún no se había desahogado lo suficiente ya estaba exhausta. Lo más horrible no era estar sola en aquel lugar donde crecieron las dos, o la decepción que cargaba a espaldas. Lo más doloroso es que había sido su confidente, su amiga, su hermana durante casi 20 años y lo peor era que sabía de sobra a aquel punto final no le seguirían dos puntos suspensivos...

Se puso la chaqueta y, mientras el viento despeinaba sus rizos del color del fuego a la par que el sol comenzaba a subir sobre el horizonte pensó:«Lo más doloroso no es perder un amor, lo más doloroso es perder un amigo» y dejó que la última lágrima por Idoia recorriese su rostro en busca del mar

lunes, 9 de agosto de 2010

Kilómetro Cero



Melissa dejó la moto y entró en un pequeño bar de pueblo. Pidió un café (estaba amaneciendo) y en la radio comenzó a sonar kilómetro cero... su vida, su ciudad, su alma, sus recuerdos... ¡Como recordaba el amor que le profesaba a Madrid cuando estaba lejos...!

Tú y yo


Tú y yo. Yo y tú. Mis manos recorriendo tu espalda hasta llegar a tu centro desde donde te controlo y te miro con cara burlona mientras tus labios dejan escapar un gemido furtivo. Yo y tú. Tú y yo. Noto como me vistes con un traje de besos desde mi volcán más profundo hasta llegar al océano de mi boca mientras tus manos coronan la cima de mis senos. Aire entrecortado, escalofríos, me dejo vencer por la necesidad de encontrarte y cabalgo contigo en busca de ese 7º cielo al que llaman orgasmo, pero no es un viaje monótono, hay curvas: las tuyas y las mías, las de la cama, la pared y el mostrador de la cocina... No hay lugar que se salve de nuestra pasión, te siento, y del mismo modo que el mar al chocar contra la costa devuelvo violenta y juguetona cada uno de tus movimientos, primero más lentos después más violentos: sedientos... si. Sedientos. Tengo sed de ti del agua de cuerpo, de nuestros choques de titanes acompasándose en un mismo latido: el nuestro... hasta que de pronto ocurre. Fuegos artificiales y el final de nuestra función privada. Se cierra el telón y dejo de oponer resistencia, creo que puedo tocar el cielo con la punta de mis dedos, dedos que recorren todo tu cuerpo, grito en silencio, palidezco, te araño y finalmente descansamos... Me abrazas, te beso... ¡Cuánto te he echado de menos!

Carretera hacia el infierno


Un viejo bar, muchos recuerdos, y el humo del tabaco ajeno con sabor ayer. En la mano una copa de bourbon, de esas que Melissa solía degustar cuando aún era adolescente y algo más ingenua, pero, sobretodo, cuando tenía el corazón algo menos roto. Sonaba AC/DC. El bar estaba cerrando y despedía la noche justo cuando ella la comenzaba. Aún recordaba aquellos días en los que las 3 y media de la mañana se consideraban hora golfa y las 7 una hora decente para madrugar. Ahora las 3 eran la hora de salir y las 7 una hora temprana para regresar.

La ciudad vibraba, el verano sabía a fiesta, y en el ruta 66 las motos y los mapas cada vez incitaban más a un viaje. Un viaje no muy largo, que ya se sabe la economía es poca, pero, a fin de cuentas, un viaje. En ese momento recordó cómo hacía poco alguien le había dicho aquello de «a todo el mundo le viene bien largarse lejos». Lejos... si. Eso es lo que quería ella, irse lejos y sin embargo, ahí estaba, en su viejo bar, con sus antiguos mapas y sus más que conocidas motos sobre la vitrina expositor.

La camarera llamó su atención, una mujer muy simpática con una trenza larga y el pelo muy corto. Era una vieja conocida.
-¿Puedo hacer algo por ti?
Melissa sonrió
- Ya lo has hecho.

Dejó una propina y con las mismas cogió el bolso, pegó el último trago de bourbon y se dispuso a hacer una maleta ligera para coger la gran Harley de su padre que ahora andaba acumulando polvo en su garaje. No sabía dónde iría, ni tenía claro cómo o con quién dormiría, lo único que sabía es que ya era hora de escapar de la rutina de antaño. Ya era hora de pisar fuerte con sus tacones y largarse una semana a tomar por culo de Madrid. A comerse el mundo con su Harley, sus zapatos y su espiritu rockero. Ese que aún hacía que bebiera bourbon,cerveza y tuviera ganas de soñar despierta al ritmo de los acordes de Highway to hell.

No sabía si aquella autopista sería hacia el infierno pero desde luego si tenía claro que sería un viaje MEMORABLE.

miércoles, 4 de agosto de 2010

sexo.


Melissa llevaba todo el día enferma en casa viendo Sexo en Nueva york. Mel era tan Samantha que la serie básicamente merecía la pena sólo por no sentirse la única mujer del planeta que gozaba del sexo sin compromiso sin sentirse una zorra. Porque, en realidad, ¿por qué tener relaciones sexuales con alguien que te resulta interesante pero al que no amas está tan mal visto? y, sobretodo, ¿por qué cuando ese tipo de sexo se veía en televisión parecía tan normal pero cuando era una amiga o uno mismo el que lo tenía parecía tan horrible? Puede que Mel tuviera las anginas como dos puños y llenas de pus, puede que la cabeza fuera a estallarle y que todo su sex-appeal se hubiera desvanecido bajo la camiseta de la selección española de baloncesto con la que dormía, pero desde luego, el mundo sufría de una hipocresía aguditis en su fase terminal. Miles de mujeres veían esa seríe y cantaban canciones como Puta de extremoduro o con letras de reggeton que incitaban al más puro sexo salvaje ¿por qué entonces ella era una zorra y el resto del mundo tenía derecho a juzgarla? Mel se acostaba con quien le daba la gana, cuando le daba la gana, y algunas de esas personas habían llegado a ser grandes amigos (incluso cuando se echaron parejas) ¿qué más daba conocer una mente interesante follándosela que a base de llamadas y quedadas con tensión sexual no resuelta?

Melissa creía en el compromiso, pero sólo en el compromiso después de las fases apropiadas. Sexo, conocimiento, sexo, comprensión, sexo, apoyo, sexo, confianza y después... AMOR y sexo salvaje, pero sobretodo amor con mayúsculas y en letras de Neón en tamaño 72 de la letra IMPACT seguido de múltiples orgasmos. Y como no podía encontrar nadie que entendiera eso, Mel seguía fumando en su ventana mandandole cartas al rey de los sapos esperando quizás, una respuesta del destino. Aunque puede que, en el fondo, ella fuera una de esas personas fóbicas al compromiso que viven su vida como espiritus libres.

una tos la sacó de su ensimismamiento. Se encontraba mal y estaba sola en el piso. ¡Malditas vacaciones de verano, sus niñas estaban por ahí dándose a la buena vida y ella estaba enferma y sola en la casa de sus padres!... echaba de menos el abrazo de alguien que la reconfortara... Ese era uno de los inconvenientes de estar sola, puede que debiera agregar a la lista de fases: ponerse enferma y tener abrazos mimosos por compasión.

viernes, 30 de julio de 2010

Lo cierto era

Lo cierto era que ,sin duda, Mel amaba los polvos matutinos seguidos de un cigarro, un paseo por Madrid y un café al llegar a casa. ¿Qué nadie podía entender qué se escondía detrás de esa lágrima silenciosa que dejaba rozar su cuerpo justo después de salir de la ducha antes de irse a dormir en el momento exacto en el que el sol hacía acto de presencia? Ni falta que le hacía, cada cual tendría su teoría y sólo ella sabría la verdad, lo único cierto era que aunque llegase a casa con los pies destrozados y en la boca, a veces, el sabor del único hombre al que aún amaba mezclado con el gusto de otros labios, lo cierto era que Mel amaba los polvos matutinos seguidos de un cigarro, un paseo por Madrid y un café al llegar a casa y eso ni una crítica mordaz, ni una mirada de incomprensión, ni siquiera su fantasma, podrían cambiarlo.

miércoles, 28 de julio de 2010

Desenfocada


Un día le dijiste que te hubiera gustado saber cómo diantres la veía su objetivo. Después comprendiste que ella habría salido desenfocada( como cuando se hace mucho zoom) en cualquier situación. No era mujer de fotos, sino de recuerdos... Ella jamás sería un busto como cualquier otro porque era esencia cautiva, por eso nunca podía prometerte un futuro más allá de las propias horas que constituían aquel día.


lunes, 19 de julio de 2010

A tomar por culo y sueños rotos



Melissa lo tenía muy claro, un día cogería sus zapatos, su lencería más fina y se largaría pisando fuerte, cagando leches y a tomar por culo. Total nadie echaría de menos a la mala de la peli ¿o quizás si?

La verdad es que aquella noche le daba igual, antes de que la cordura le ganara la partida ella estaría cerrando los bares con una botella de bourbon y doscientos sueños nuevos que fracturar en mil pedazos antes del amanecer, por cuenta propia o sumados a la cuenta de las decepciones ajenas.

miércoles, 23 de junio de 2010

a la atención del rey de los sapos



A la atención del rey de los sapos:

Estimado rey de los sapos le escribo esta carta para saber si es posible que me mande un sapito simpático dispuesto a trepar desde mi ombligo a mis labios para darme un beso y convertirme, con ello, en rana. No hace falta que sea de la realeza sapil, es más, si es posible, preferiria un sapico humilde y honrrado que, aunque no tenga nada, quiera saltar y ver mundo. Esto se debe a que,vera usted, una tiene cierta paciencia pero para aguantar a la interminable lista de caballeros de armadura oxidada y «perfectos» príncipes que me han importunado, prácticamente sería necesario ser una santa.

Estoy convencida de que entenderá mis motivos, ya que lo único que deseo es croar y saltar tranquila y feliz en cualquier charca, motivo por el cual le doy de antemano las gracias.

Un afectuoso «Croack»

Melissa

Mel, Ella y las pesadillas

- ¿Qué tal has dormido? - le dijo Ella a Melissa
- He tenido pesadillas - contestó Mel ojerosa
- ¿De las buenas o de las malas? - Insistio Ella
- Mis pesadillas siempre son malas...- Dijo Mel triste y cansada

Ella miró a Mel y comenzó a hablar:

Nunca entendí porque para la gente las pesadillas siempre son malas. Será porque a mi nunca me dieron miedo los monstruos grandes y feos. Es más, cuanto más horribles parezcan, más interés me suscitan y menos miedo me inspiran. Tengo la teoría de que aquellos que se muestran más fieros acaban siendo los más gentiles, eso sí, siempre a su manera, pero ¿quién no hace las cosas de un modo peculiar?.

Sólo hay que tener paciencia y no huir para poder descubrir la magia de las pesadillas, que ya se sabe cuando uno prueba poco a poco el veneno al final, aunque cueste, o le mata o se vuelve inmune a él.

Siempre creí aquello de que «Las infancias difíciles dan como resultado los adultos más interesantes» y Él nunca dejó de parecerme una de esas pesadillas geniales (=

Melissa sonrió y pensó...«al final puede que sí existan las buenas pesadillas, habrá que investigarlo»

Narices verdes

- Las narices verdes NO son de payaso
- ¿Cómo que no?, son las narices de los payasos de la esperanza y eso, exactamente, es lo que tú eres, un payaso de esos de los que, además de hacer reír, transmiten ganas de vivir. (o=

A Ada le encantan las fotos en blanco y negro pero esta vez tenía que reconocer algo: ¡hay cosas que siempre son mejor en color! y la esperanza de itah verde readiactiva era una de ellas. Incluso en días como el de ayer se mantenía en RGB mientras el mundo se teñía de la aburrida escala bicolor.

¡Por las narices verdes y los payasos de la esperanza! ¡Por las escalas de grises en las que aparece color!

** Que la esperanza para los cobardes siempre será radiactiva y Ada siempre fue de las que asusta al miedo (o=

lunes, 21 de junio de 2010

Bendita magia


Ella miró la chistera de Ada que ahora debía estar en la escuela de circo. Después volvió a observar la foto de la pequeña Pa-Love-a (o como ella la llamaba «La mujer espiral»), y aquella ventanita naranja en la barra de herramientas del portátil.

<<....>>...//...Y todo lo demás también...

No le hizo falta ver más para comprenderlo:
Magia no era sacar un sombrero de la chistera ni hacer desaparecer un sacapuntas. Magia eran sus ojos, su sonrisa, su entusiasmo,su mirada, sus ganas de vivir y la manera que tenía el viento de despeinar su pelo zanahoria...
Magia era comprender «que todo lo demás no importa» cuando ella decía «todo saldrá bien» y que al tararear «Miss camiseta mojada» pudiera sentirla cerca. Magia era entender que SIEMPRE (siempre, siempre) aplicado a ella nunca sería demasiado tiempo.

**Que como dicen Ivan Ferreiro (ese que no te gusta en absoluto XP) «Magia, hasta quedarnos sin aliento. Bendita magia»

domingo, 20 de junio de 2010

Melissa y tres puntos suspensivos


Melissa ha vuelto a soñar con Él.
Melissaa ha vuelto a «perderle» y tres puntos suspensivos...


**Y, sin motivo, se pone a reír. «A ratos se olvida que se acuerda de ti».

21 Gramos y tres puntos suspensivos

Ella compraba el periódico los domingos sólo por la película que traía. Así daba igual que fuera «El País», «El Mundo» o el «ABC». Hoy como cada fin de semana había ido dando un paseo hasta la papelería y encontró que con el «ABC» regalaban «21 Gramos». Aquella película le recordaba los días en los que Él aún vivía en el piso.Esos lejanos días en los que una pizarra en la cocina rezaba:

«¿Cuántas vidas vívimos? ¿Cuántas veces morimos? Dicen que todos perdemos 21 gramos en el momento exacto de la muerte, todos. ¿Cuánto cabe en 21 gramos? ¿Cuánto se pierde? ¿Cuándo perdemos 21 gramos? ¿Cuándo se va con ellos? ¿Cuándo se gana? ¿Cuándo... se gana? 21 gramos el peso de 5 monedas de 5 centavos, el peso de un colibrí, el peso de una chocolatina»

Al llegar a casa cogió su guitarra y volvió a tocar esa canción...la canción que le escribió. La única de sus canciones que, irónicamente, ahora debía pesar, como sus pensamientos, 21 gramos y tres puntos suspensivos.

jueves, 17 de junio de 2010

martes, 15 de junio de 2010

Carta sin sello


«Recuerda hacer las maletas una tarde lluviosa de abril en la que cueste sonreir y duela el amor tanto como en las pelis de coixet, así no te dejarás el alma olvidada en cualquier armario. Porque sin duda tú eres de las que se va un día soleado de Mayo olvidando revisar los cajones y jurando no volver atrás. Y es que sé que comprendiste aquello de que el mundo no se acaba sólo tiene más o menos alicientes.»

lunes, 14 de junio de 2010

Miru


Ada echaba muchas cosas de menos en el norte. El frío, el viento, la playa cercana a su pueblo asturiano,las noches barcelonesas, las estrellas, el olor a verde... Pero, de entre todas las cosas del norte, quizás la que más anhelaba era una personilla muy especial llamada Miru.

Miru era el motivo por el cual ella se había teñido de pelirroja hacía ya un par de años. Era inteligente, guapa, divertida y le encantaban el cocholate y la lectura casi más que a Ada ¡y mira que eso era francamente difícil!. Apareció de casualidad en su vida y, desde entonces, no había podido olvidarla. Aunque la distancia hacía mella nunca había sido un inconveniente, ya que ,de cuando en cuando el par de locuelas hacían una maratón de mails poniéndose al día con las cosas de su vida, lo cual, por cierto, cambiaba el humor de Ada que de por sí ya solía ser alegre y desenfadado.

Hoy Ada había tenido noticias de Miru. Así que al terminar de estudiar limpió la casa, llamó al chino y preparó natillas y brownies para que Ella, Mel y Aitor (que había pasado la noche en casa) pudieran elegir postre.

¡Que ganas tenía de que Miru conociese con ella su nuevo hogar: Madrid; y su pequeña familia!

Locura...


Siempre he querido bailar al son de tu mirada, y quejarme, porqué no, del roce de tu piel.
Siempre he querido huirte y encontrarte, beberte y afixiarte en este circo llamado mi alma.
Y es que siempre contigo, pero si puedo sin ti, te querré como nunca antes lo había hecho.
Me harto del poco espacio que quiero que tengamos y me agobio si lo abro, claustrofobia entre tus manos y locura me vuelvo sino te tengo entre mis labios.
Y es que este todo y esta nada por la que me pierdo en las mañanas, y esta decadencia de acordes de novena con octavas paralelas y quintas desahuciadas me quiebran la armonía de morir mayorizada, pero como nadie es perfecto, de quinto me ofrezco a primero, y te quiero por lo que te quiero, y me escapo según lo acordado...

viernes, 11 de junio de 2010

Era imposible no quererla


A Isi era simplemente imposible no adorarla. (= Aquella mujer era vida, era alegría, era magia.

El póster de Melisssa


Ada alguna vez se percató de que Melissa tenía un póster enmarcado de uno de los cómics de Ross Campbell decorando su habitación, y un día decidió preguntarle de dónde había salido y por qué lo había enmarcado en lugar de pegarlo con celo.

Mel le contó que siempre que lo miraba se ponía de buen humor y se le venía a la mente su hermana mayor.

Lo recordaba perfectamente, aún vivía en casa de sus padres, lo que implicaba que el 80% del tiempo estaba envuelta en disputas con sus hermanos y con ellos. Los quería con locura pero convivir con ellos ¡era IMPOSIBLE! (o bueno, también cabía la posibilidad de que fuera con ella con la que su familia no podía convivir) en cualquier caso, aquel día Maitechu llegó a casa de buen humor, venía de un expocómic o de comprar cómics por el centro con sus amigos o algo así, normalmente ignoraba el paradero de los componentes de su casa porque hacía vida entre su habitación y la calle y, aplicaba aquello de Quique Gonzalez de « y todo lo demás no importa». El caso es queMaite ( su hermana) irrumpió en la habitación con una sonrisa de oreja a oreja y sus enormes ojos verdes abiertos de par en par como si fueran los de una ranita divisando a su presa.

- ¡Arreba! - dijo Maitechu gritando contenta cuando entró en la habitación
- ¿Lo qué? - contestó Melissa anonadada
- Nada nada, es que he aprendido a decir hermana en vasco y me ha hecho gracia porque se dice como arriba pero con "e"
- ahhm ¡qué gran descubrimiento! - dijo aburrida y dando la conversación por zanjada. su hermana tenía 4 años más que ella y siempre le había parecido que tenía ocurrencias de bombero jubilado y cambios de humor más raros que los suyos ( y ahora, incluso, que los de Ella)
- Pero... no venía por eso- comentó acercándose a Mel
- ehm... ¿qué quieres Maitechu? Estoy haciendo cosas...
Maite la ignoró
- Jo Mel... ¿Cómo puedes ser taaaan desordenada? tu habitación es peor que una leonera y además está super llena de pósters y de miles de prendas de ropa y zapatos tirados por el suelo...Tienes que madurar. Además siempre tienes las rodillas llenas de tiritas porque te has cortado con algo, o te has caído aprendiendo andar con esos tacones enormes tuyos.
Melissa estaba empezando a enfadarse. Iba a soltarle un exabrupto y a echarla de la habitación cuando Mai sacó un póster de su mochilita.
-¡¡TACHAN!! Lo he visto y me ha recordado muchísimo a ti. No te enfades ¿eh? simplemente pensé que quedaría bonito en tu desastrosa habitación. Además, conociéndote tardarás dos amaneceres en irte de casa y seguro que con este póster te acuerdas de mí de tu clásico desorden y de cuando aprendiste a andar con tacones.

Melissa desconfió un poco, pero cuando desenvolvió el póster le pareció Genial. Su hermana sabía que adoraba los dibujos de Ross campbell y, aunque le costaría reconocerlo, era lógico que Maitechu hubiera pensado en ella al verlo, el desorden era similar al caos de su habitación y de hecho el personaje parecía ella misma en una de sus múltiples sesiones de cotilleos telefónicos.

Puso cara de póker

- Oh... vaya...no te gusta ¿verdad? ¿Te vas a enfadar?, lo siento Mel... yo... bueno... me parecía gracioso y...
- ¿Quieres callarte?
Maitechu puso cara triste y Mel se acercó a ella la abrazó y comenzó a dar botes de alegría.
- Me has dejado en estado de Shock, no creí que mi hermanita mayor con su 1,80 de alto típico de modelos, (sieempre le había molestado medir menos que ella) sus 70 kilitos, su cabecita sólo para sujetar el pelo y sus ojos de rana voraz, tuviese nunca una idea tan genial como esta. - dijo Mel entre risas, era su manera de dar las gracias sin perder la costumbre de hacer rabiar a su hermana
-¡Oh! ¡Tu tan agradable como siempre! ¿a que me lo quedo?- contestó Maite contenta simulando enfado
- Santa Rita Rita Rita lo que se da...
-¿se quita?

Las dos rieron y, por primera vez , tuvieron una tregua que duró toda la semana. De hecho sólo 3 años después Maite se fue a vivir con su novio y Mel encontró un piso que compartir con su nueva amiga Ella, su hermano mayor se fue a estudiar a Barcelona y todo cambió tal y como había predicho May.

Aunque seguía pensando, cuando se reunían, que evitar las discusiones, al menos entre su hermana y ella, era inevitable, y le daba rabia que no se pudiera llevar con ella tan bien como con su hermano mayor (con el que se llevaba al menos 10 años de diferencia). Aún hoy pensaba que aquel póster le venía al pelo (aunque ya no llevara tiritas y anduviese agilmente con sus tacones). Todavía cuando lo miraba le seguía sirviendo para olvidar los cabreos y, sobretodo, le recordaba que, aunque no pudiera convivir con su familia por sus diferentes personalidades y formas de ver la vida, se querían mucho.

jueves, 10 de junio de 2010

Combatir el miedo

Melissa se preparó un batido de fresas natural. Encendió un cigarro. Abrió la ventana y esperó que el humo se llevase sus malos pensamientos y esa horrible sensación de melancolía. Había vuelto a soñar con él, aún no sabía olvidarlo. Definitivamente encontró un Él que marcara un antes y un después, pero que Él más raro. Terminó el batido de fresas y el cigarro. Se puso una minifalda de picos de esas de rayas negras y azules eléctricas, unas sandalias negras con 7cm de tacón de aguja, un corsé palabra de honor, se soltó el pelo, buscó el brillo de labios y esta vez no se puso rimel en los ojos. Agarró el móvil, el bolso y las llaves en tiempo record y bajó a tomarse una cerveza, unas olivas, y a comerse la ciudad. Fijo que convencía a alguien para tomar algo por el centro. Se prometió no volver a derramar ni una sola lágrima por él y si se quedaba sola en casa no podría evitarlo. Que un clavo saca a otro clavo y ella tenía una ferretería entera disponibles con clavos, tornillos, tuercas y arandelas. ¡Que se joda él con su pared torcida y su martillo! que ella tenía ¡un mundo por descubrir!

miércoles, 9 de junio de 2010

Fin del cumpleaños del hombre con sombrero

ya está. Ya ha pasado. Risas, abrazos, y mucho cachondeo. ¡Todas las prisas merecieron la pena por otra foto mental que guardo de tu cara de asombro! (= en el fondo aún resulta sencillo sorprender a un hombre tan complejo como tú, y es que sigo manteniendo que, pese a todo, eres mi pequeño y, como tal, guardas cierta vulnerabilidad y entusiasmo infantil que te hacen entrañable.

¡Otro añito más pequeño hombre con sombrero!

Que la mujer espiral, Él, yo y todos los que te apreciamos podamos verlo y celebrar otros muchos más adelante.

Días de Lluvia sin paraguas ni Chubasquero

Le gustaban los días de lluvia sin paraguas ni chubasquero, con las gotas recorriendo su piel y el viento meciendo su pelo. Decía que se sentía viva y que bailaba al son de la Madrid dormida cuando aquello ocurría. Sentía que no había grises y que el color era más color porque luchaba por mantenerse cuando la luz era tenue.

Le gustaban los días de lluvia sin paraguas ni chubasquero. Por eso hoy estaba de tan buen humor.

martes, 8 de junio de 2010

Cansada del mismo tipo de gente

Ella se preguntaba por qué la gente se creía siempre con el derecho de aparecer y desaparecer de su vida cuando le diera la gana. Estaba cansada de aquella situación, de aquel tipo de personas que pasaban de cien a cero sin darle si quiera importancia.

El arte es un arma cargada de futuro

A Ada le encantaba sentarse a ver los payasos. Pero también adoraba participar en la escuela de circo (que había dejado tiempo atrás allá en Asturias) y las actuaciones que tenían lugar en los parques delante de muchos niños. Sin embargo, de entre todas las cosas, la que más le llamaba la atención eran los juegos malabares, y eso que nunca se le dieron demasiado bien, y es que tenía la sensación de que aquello se convertía en una compleja danza mágica para robar una sonrisa.

Así que, después de un par de semanas viviendo en Madrid, decidió desempolvar su vieja nariz de payaso sus pelotas de colores y esas enormes ganas de «vivir viviendo» que cantaba Luter para volver «a escena» que como rezaban en Noviembre «El arte es un arma cargada de futuro»

Ella y sus kilitos de más


Ella odiaba el calor y sus 15 kilos de más, especialmente en verano. Aunque no era nada fea y cuando se arreglaba parecía otra, nunca había estado conforme con su cuerpo. Así que cuando aquella tarde al pesarse vio un par de kilos más de lo habitual decidió que ya estaba bien de sentirse incómoda consigo misma porque sí, que era hora de tomar medidas al respecto y pegarle con fuerzas a la falta de voluntad. ¡Era algo personal! ¡No era algo estético! además su escoriosis y sus rodillas (con poco cartílago) lo agradecerían.

¡Era el momento, lo había decidido! ¡Quería demostrarse a sí misma que también ella podía sentirse cómoda en su piel!

Esa misma noche se lo dijo a Melissa y a Ada - quienes ,por cierto, no creían que le sobraran tantos kilos pero que decidieron darle apoyo moral- y resultó cómica la frase de Melissa mirando a Ella y Ada antes de irse a dormir:

«Por cierto chicas, creo que esta semana no sólo va a aprender a cocinar Ada ya que, en el tiempo que vivimos juntas he podido confirmar que para nosotros la verdura es como Dios, algo que intuimos que existe pero que nunca vemos»

domingo, 30 de mayo de 2010

Melissa y el sujetador


Mel (al teléfono) : Oye Ella... Sé que es una pregunta un tanto extraña pero... ¿No habrás visto mi sujetador?

Ella: jajajajaja ¿Tu sujetador? Sí. La última vez que lo vi anoche colgaba de un árbol

Mel: O.O vale... si mi pregunta era extraña tu respuesta ha sido aún más rara

Aitor (mirando a Melissa con ojos atónitos ante el último comentario que había hecho por teléfono): ¿Bueno qué? ¿Ella sabe donde está el sujetador?

Mel: Dice que la última vez que lo vio anoche andaba colgado en un árbol de tu jardín.

Aitor: ¿Y cómo cojones ha acabado ahí?

Mel: Esa sí que es una buena pregunta.



viernes, 28 de mayo de 2010

Ella y su manera de despedirse

Ella se despedía siempre con un «be happy y feliz año» (en su defecto, se feliz feliz año) ya que ¿por qué se felicitaba el año sólo al principio o al final del mismo? ¿Es que acaso el resto del tiempo no podía deseársele a alguien que sus 365 días fueran felices?o ¿ es que aquella frase para el resto del mundo no significaba nada? Puede que sólo fuera afán de contradicción o tal vez era su manera de reivindicar el valor de las palabras, pero el caso es que casi siempre se despedía con un «to be happy feliz año» que arrancaba la sonrisa de alguien o una extraña mirada de confusión.

Ada y los ruidos.

Cuando a Ada le salía algo bien siempre hacía un ruido similar al que provocan las pelotas de tenis al impactar contra el suelo. Aquel día su casa sJustificar a ambos ladosonaba como un partido de Nadal.

Melissa y la copado


Melissa sonrío al espejo mientras terminaba de retocarse el Rimel y oxigenaba su larga melena castaña al son del «Que mueran» de la Copado. Como siempre su falda era corta, sus botas altas y de taco-taconazos (como llamaban a los zapatos que tenían un tacón de más de 10 cm) sin embargo, lo que más destacaba no eran ni su figura estilizada ni su ropa estratégicamente elegida para acentuar sus femeninas curvas. Lo que más llamaba la atención era aquella sonrisa de oreja a oreja. Esa noche iba a ver a Crixtina Copado tocar, lucirse ante su , cada vez más amplio, público; compartiría alcohol con grandes amigos, reiría hasta el amanecer y su única preocupación sería, como siempre que estaba tranquila, comerse el mundo en grata compañía. Hoy no importaban sus fantasmas ni sus recuerdos de noches de pasión y dulces abrazos. De nada le serviría a sus miedos hacer acto de presencia o a sus dolores tratar de martillearle el corazón. Porque esta noche Mel les daría portazo, sólo cabría en ella la paz y la tranquilidad de quién se siente en casa, de quién se halla protegido, del que se vuelve fuerte.

foto: Crixtina Copado

jueves, 27 de mayo de 2010

Posit de nevera

Sé que llego tarde, que mi reloj se paró hace tiempo,
pero no sé como volverle a dar cuerda, no sé si esta roto,
o si me he roto yo, por favor, seas quien seas, desconocido, desconocida,
si encuentras la cuerda de mi reloj, te lo agradeceré eternamente.
Recuerda comprar galletas.

Ayre.

viernes, 21 de mayo de 2010

El primer viernes noche

Melissa, Ada y Ella habían decidido no salir de fiesta para poder ayudar a Ada a colocar todo lo que había en sus cajas. Que, aunque, en realidad, parecía más de lo que era, había llevado toda la tarde y parte de la noche. Cuando por fin quedó todo en su sitio, las tres asintieron por el trabajo bien hecho y destaparon una de las botellas de sidrina (sidra casera asturiana) que Ada llevaba en una de las cajas, para celebrarlo, escanciaron en una copa de coñac y se sentaron en el sofá. Elly no tardó en irse a dormir, Mel, sin embargo, era un ser nocturno así que aún le quedaba día por delante.

- Mel... ¿puedo hacerte una pregunta?- dijo Ada con aire preocupado
- ¿eh?, ¡ah!, si, ¡claro cielete! - afirmó mientras bajaba el volumen de la tv para enterarse bien de lo que Ada dijera
- ¿He hecho algo malo para poner a Ella triste?- dijo soltando las palabras como si fueran losas pesadas que le oprimían el pecho

Melisa sonrío amargamente.

- Veras Ada, Elly es una mujer muy reservada, pero no tiene nada contra ti ni le has hecho nada malo. Lo que ocurre es que, verás, hace cuatro o cinco meses tú habitación perteneció a otra persona, alguien a quien Elly amó con todas sus fuerzas y con quien las cosas, por diversos motivos, no salieron bien. Desde que él se fue, Ella no ha vuelto a entrar en el cuarto hasta hoy para ayudarnos a recoger tus cajas, por eso estaba tan ausente. No se lo tomes en cuenta, es una gran mujer y además ¡muy divertida cuando se suelta!
- ¡oh vaya!, ¡Lo siento mucho! yo... si lo llego a saber.... lo siento mucho
- ¡Ei pequeña! ¡ No digas tonterías! Aunque no te lo creas llenar la habitación con tus cosas ha sido como una terapia para las dos. ¡Al fin se han ido los fantasmas de esta casa que ya era hora!, además, entre nosotras- dijo acercándose a su oido- ¡tú tienes mejor gusto decorando!

Ambas se sonrieron. Pero Ada aún tenía una pregunta más:

- Mely...¡Siento ser pesada! pero... ¿Puedo hacerte otra pregunta?
Melissa la miró desenfadada, aquella muchacha era amor, no había maldad en sus preguntas, ni siquiera cotilleo, lo único que quería era que Elly no estuviese triste, lo cual le recordó mucho a si misma hacía ya varios años cuando conoció a Ella ya que había tenido la misma sensación de culpa y, al mismo tiempo, de necesidad de protegerla.
- ¡Claro señorita Crêpes! ¡Pregunta cuanto quieras! ¡Eres bastante más interesante que la maldita programación de la Tv! ¡Creo que ya sé porque salgo de fiesta todas las noches!
Ada volvió a sonreir y se aventuró a lanzar la pregunta:
- El golpe que hay en la pared cerca de la ventana...¿lo hizo él?
A Melissa se le ensombreció el rostro.
- Sí
- ¿Crees que Ella se molestaría si lo arreglo a mi manera?
- Lo dudo. ¿Tienes pensado algo?
- Lo cierto es que sí.
- Entonces hazlo. Le vendrán bien unos cuantos cambios a esta casa.
- ¡Muchas Gracias Mel! - Dijo Ada con entusiasmo y se levantó y se fue para la habitación casi corriendo
- ¡OYE ADA! - dijo Mel mientras Ada salia del salón
Ada regresó
- ¿si?- preguntó intrigada
- ¿Te puedo hacer un par de preguntas?
- ¡Claro! - Ada tenía en todo momento tanto entusiasmo que parecía que era imposible verla cansada o de mal humor
- Es curioso me has preguntado si el golpe fue resultado de lo que hizo Él pero no has insistido en el tema ¿por qué? y... ¿Cuánto tiempo pretendes quedare en Madrid?
- Pues... En cuanto a lo primero, creo que no soy quién para meterme en vidas ajenas, lo único que necesitaba saber era si podía repararlo a mi manera y ya he obtenido mi respuesta - dijo guiñándole un ojo- En cuanto a lo segundo, quiero empezar a hacer enfermería a partir de septiembre y encontrar trabajo así que , si no os molesta, ¡me gustaría quedarme bastante!

Melissa no cabía en si misma de alegría, aquella mujer no sólo no era cotilla si no que además era respetuosa y pensaba quedarse y parecía positiva y feliz ¡Era lo que necesitaba aquella casa por encima de todas las cosas!
- Pequeña, no sabes lo que me alegra oír eso... ¡no te haces una idea!
- ¡GRACIAS! - Ada se acercó, le dio un par de besos de buenas noches y salió corriendo hacia su habitación, tenía pensada una gran reparación y no dormiría hasta haberla terminado.

Recuerdos

Me pregunto cómo es posible que alguien que ha significado mucho para nosotros en un determinado momento de nuestra vida y con el cual hemos compartido bastantes años que ya no volverán puede desaparecer de ella con la misma facilidad con la que una veleta cambia su orientación de norte a sur. Yo nunca he sabido olvidar de esa manera y, a menudo se me vienen personas a la mente que dudo mucho que, a estas alturas, se acuerden si quiera de que existo, no ya sólo porque sus vidas han continuado por caminos diferentes a los míos (que ello no implica el olvido) si no por su actitud para conmigo o para con el resto de la humanidad. Y en días como hoy, días en los que, sin ningún motivo me acuerdo de alguno de ellos, me da lástima ver algunas fotos y pensar en que no sólo esos días nunca volverán si no que es harto probable que jamás volvamos a recordarlos juntos con una cerveza en la mano, unas olivas como aperitivo y una sonrisa como mutuo intercambio de ese «yo también lo viví» que debería unirnos.

¡Nunca entenderé al mundo!

Los crêpes de Ada

Ada se despertó entre un sinnúmero de cajas algo desorientada. Tardó un rato en comprender que aquella era la habitación de su nuevo piso y con ello, que ahora era, por fin, independiente. Una oleada de buen humor la invadió y decidió ir a prepararle el desayuno a sus nuevas compañeras de piso.

Cuando Mel y Elly se despertaron, la casa entera olía a crêpes. Ambas dieron un brinco y salieron de sus respectivos cuartos para encontrarse en el pasillo y avanzar a la par en dirección a la cocina. Allí estaba Ada con una camiseta (3 o 4 tallas grande) de la selección española de baloncesto y una bandeja llena de ricos y apetecibles crepês. La cafetera comenzaba a sacar el café recién hecho y la mezcla de esos olores sedujo tanto a las antiguas inquilinas, que no pudieron evitar salir corriendo a darle un abrazo. Sin embargo lo más gracioso aún estaba por llegar:

- ¿Y esto? - Preguntó Elly con sonrisa galguera mirando el desayuno- ¡No es fiesta!
- Ehm.. bueno, primero, no creo que haga falta que sea fiesta para hacer crêpes - dijo guiñándole un ojo- y segundo, bueno... ayer me recibisteis muy bien y hoy me apetecía agradecéroslo, además ¡me he levantado de muy buen humor!
Mel no había perdido el tiempo y aprovechando la coyuntura se había dirigido al salón para poner en la minicadena una selección de las canciones - en su opinión- más geniales del rock. De esta manera, al ritmo del Highway to Hell de los AC/DC entró de nuevo en la cocina en el momento oportuno

- Además - añadió Ada ruborizandose- tengo un problemilla... ehm... tendréis que tener paciencia conmigo y, si es posible, enseñarme a cocinar porque, como nunca he vivido sola, sólo sé cocinar dulces

Melissa miró a Ella y comenzó a reir a carcajada limpia. Mientras Elly explicó:

- Perdónala, cuando llegó a esta casa dijo exactamente la misma frase que tú, tuve que enseñarle a cocinar y, lo cierto es que, como se descuide, ya cocina mejor que yo.
Ada también se echó a reír aliviada.

Y así tres mujeres, en pijama, desayunaron crêpes, a ritmo de los clásicos del rock ´roll, un viernes cualquiera, sin necesidad de que fuera fiesta, y con una sonrisa de oreja a oreja.

jueves, 20 de mayo de 2010

La llegada de Ada (II)


Ada llevaba una hora esperando en las escaleras de aquel portal antiguo de un barrio cualquiera de Madrid. Era asturiana de nacimiento, aunque lo cierto es que, en realidad, se consideraba ciudadana del mundo. Desde que tenía 5 años había conocido más mudanzas que personas y más barrios que bares ¡y eso que de bares sabía un poco!. No obstante mantenía la esperanza de que Madrid la acogiese con los brazos abiertos y, si bien era cierto que estaba empezando con mal pie, no se desanimaba, había demasiadas historias por conocer que, intuía que podrían curar las medias suelas de su corazón.

La puerta sonó y en el recibidor del portal apareció una joven con el pelo largo y castaño claro y los ojos azabaches más bonitos que había contemplado nunca; llevaba una minifalda escocesa, new rock de las de tacón de agujas y una camiseta bastante escotada que marcaba sus pronunciadas curvas dándole un gran aire de sofisticación y elegancia. No pudo evitar sonreír y sentir cierta envidia sana, pensaba saludar de pasada cuando Mel, ante su asombro, se dirigió a ella:

- Hola ¿Eres Ada?- Preguntó con una de esas sonrisas de Melissa que hacían que cualquiera sintiera simpatía hacia ella.
- Sí - Ada se quedó meditabunda ¿era su nueva compañera de piso o la conocía de algo?- ¿Eres Ella?
- No - dijo dirigiéndose al buzón con una etiqueta entre las manos que añadía un nombre a las integrantes del piso- Yo soy Melissa, siento muchísimo el retraso vengo de estar con mis padres, en la otra punta de Madrid, y perdí la noción del tiempo.
- No te preocupes- Ada sonrió también y se levantó del suelo acercándose a Melissa- ¡Encantada de conocerte!, por cierto tengo que decirte algo ¡Me corroe la envidia! ¿De dónde has sacado esas botas? ¡Son geniales!
Mel se ruborizó.
- ¡Gracias! ¡Eres un encanto! Son de una tienda de New Rock que hay en Fuencarral (en el centro de Madrid) cuando quieras te llevo, por cierto- dijo mientras sacaba unas llaves de colores con un llavero en el que ponía Madrid en letras rojas- Estas son tus llaves, y creo que, pese a que Ella pensó que sería llamativo el llavero te viene al pelo ¡y nunca mejor dicho! ¡Es un color genial!

Ada llevaba el pelo rojoanaranjado y algo alborotado. Tenía los ojos grandes y azules y su estilo era casi indefinible, supongo que andaba a medio camino entre la sofisticación de Melissa y la dejadez de Ella.

- ¿Sabes qué Melissa?- comentó mientras ambas subían las escaleras en dirección al piso- ¡Me encanta el llavero! y además tengo la sensación de que nos llevaremos bien
- ¡Yo también!- dijo Melissa mientras pensaba que aquella muchacha era preciosa y que además tenía buen gusto, seguro que podía llevársela de compras sin que se quejase tanto como Ely- Por cierto, ¡casi lo olvido! ¿No te darán miedo o alergia los gatos no?
- Son mis animales preferidos- Contestó sinceramente Ada
- ¡Entonces seguro que también te llevas bien con Kai!- y tras decir eso Melissa señaló la puerta- ¡Señorita haga usted los honores y sea bienvenida a su nueva morada!

miércoles, 19 de mayo de 2010

Mel, Sora y la llegada de Ada

Ahí estaba Melissa, teniendo la conversación de siempre con su madre, podría haber aportado nuevos argumentos, haber discutido con ella, pero sabía que hiciera lo que hiciese daba igual, tras la fachada de hipotética liberalidad de Sora, Mel sabía que había una mujer desconfiada y bastante clásica (aunque se negara a aceptarlo) y que, en cualquier caso, discutir con ella no tenía ningún sentido, seguía resultando más cómodo decirle lo que quería oír y continuar haciendo lo que le diera la real gana. Sin embargo, siempre se había preguntado, y no sólo por Sora (su madre) si no también por la sociedad en general ¿por qué tenían esa maldita afición de juzgar a la gente?, es decir, si ella conocía a un chico y dos semanas después quería pasar un fin de semana de mini vacaciones con él, o si ( en caso de que realmente le gustara) se lo tiraba en la cuarta o la quinta cita, por qué había gente que se creía capacitada para juzgarla como una puta o para decirle que aquello no estaba bien. ¿Qué seguridad daba conocer más tiempo a una persona?, su madre le había recriminado más de una vez que, mientras vivía en su casa (ahora que vivía con Ella esas conversaciones obviamente no tenían lugar) muchas veces se encerraba en su habitación a ver una peli o cualquier gilipollez con chicos (amigos o no) a los que apenas conocía. «¿Crees que tienes la suficiente confianza con ese chico como para encerrarte con él en tu habitación y dejar que se tumbe en tu cama contigo?» había dicho alguna vez Sora, momento en el que Mel se medio sonreía y pensaba «Madre, si tu supieras lo que he hecho en su cama...», pero bueno, dentro de lo que cabía, su madre era su madre y obviamente era de otra generación y de otra forma de pensar pero ¿y sus amigos?, algunos de ellos todavía alucinaban o eran propensos a juzgarla sólo por el hecho de que se lo hubiese tirado sin llevar meses y meses conociéndolo. ¡Aquello le resultaba estúpido! ¿acaso por saber de la existencia de una persona más meses algo garantizaba que el desastre no fuera mayor? ¡Sandeces! ¡Aquello no tenía ni pies ni cabeza! ¡El mundo estaba loco!

Cuando se percató su madre había acabado de hablar y la miraba espectante. Mel no había escuchado ni media palabra, sus pensamientos le habían resultado bastante más interesantes, sin embargo sabía de sobra lo que había dicho y cuál debía ser su frase: « No te preocupes madre, soy mayorcita y sé lo que me hago, sólo es un amigo» y con las mismas le dio dos besos y decidió marchar hacia su piso a contarle todo a Ella.

Al bajar las escaleras en dirección al portal para salir de una bendita vez de aquel edificio Melissa volvió a sentirse como cuando tenía los 18 recién cumplidos y pensó « ay madre, si tu supieras que me muero de ganas de dormir con él esta noche...» Cuando, por fín, salió a la calle la melodía de Gotta be Somebody de Nickelback comenzó a sonar, ¡la estaban llamando al móvil! descolgó el teléfono sin mirar quien era:

- ¡A las wenas de dios!
- ¡Mel Soy Ely! ¿te has acordado de estar en casa para recibir a la nueva?
- Mierda mierda mierda... ¡Espero que Ada sea una chica paciente! ¡Estoy saliendo de casa de mis padres aún me queda un trecho para llegar!
- ¡Por Dios Melissa, un día pierdes la cabeza! ¡Voy a llamarla para disculparnos! ¡VUELA!
- oído cocina, ¡Tu tampoco tardes!
- Ando en el tren llegando a Aranjuez, aún me queda un rato para llegar a Atocha y de allí al piso, así que ¡corre como alma que lleva el diablo!
- Si me llevase el diablo no correría, viendo lo visto, que seguro que Dios es tan criticón como mi madre
- Ok Mel, pues corre como si te estuviesen robando tu peluche preferido
- ¡Eso es muy cruel Ely! pero capto el mensaje. ¡Nos vemos! ¡Cambio y corto!
- Recibido

Mel llegó al metro picó y deseo, con todas su fuerzas, que Ada fuera una mujer paciente y de esas como Ely que jamás la juzgaba por acostarse con quien quisiera o pillarse por el primero que le llamase la atención.

lunes, 17 de mayo de 2010

...

y una vez más como siempre, lo único que puedo añadir son:

...

Tres puntos suspensivos.

Los ases de Melissa

A Melissa siempre le gustó tener un as bajo la manga (♣) y guardar una bala en la recámara. A fin de cuentas eso no era hacer trampas ¿o si? (=

Isi y su cumpleaños


Podría decir que viene del lugar donde nació Sabina pero que, para ser ciertos, ella mola más. Que sus ojos son de ciencia ficción y se escapó de un cuento. Que amo cada una de sus pecas, que sé como es su cara, despierta, triste, durmiendo, alegre y enfadada. Que me encanta la manera que tiene de decir aquello de que los zombies no tienen nada que hacer contra nosotras, que adoro su manía de hacerse los pearcings en el lado izquierdo. Que aprecio sobremanera cuando dice aquello de que ella no es bajita si no el mundo muy alto... ¡Pero valiente estupidez! porque a Isi me sobra decirle FELICIDADES para que entienda que eso significa, mañana te invito a una cerveza, mandamos por culo a mufasa y nos ponemos al día provocandote un ataque de risa de esos contagiosos que nos hacen aumentar la vida en al menos.... 10 años más.

(=
¡FELICIDADES!

domingo, 16 de mayo de 2010

Gracias por existir

¿Alguna vez habéis pensado en el amor? Yo sí. Muchas veces. Incluso cuando no quiero reconocerlo (porque soy el colmo del antiromanticismo) . Y hoy, como tantos otros días de mi vida, me he puesto a darle vueltas a ese gran concepto, para comprender que, yo ya he encontrado al amor de mi vida. Y me explicaré.

Veréis. Hoy estaba sola en casa. ¡Pocos fines de semana puedo decir eso con todas las consecuencias!; mi casa es un hervidero de gente, mis padres, mi cuñado, mi hermana, mis perros, vaya, que vivo realmente acompañada. Sin embargo, este fin de semana me he quedado sola por diversos motivos que no vienen a cuento. Y lo curioso ha sido que, después del primer sentimiento inicial de euforia, me sentí bastante sola (como Ella antes de que Melissa regresase), sin embargo, agarré el teléfono y llamé a mis amigos. Y disfruté. Volví a sentirme en casa. Porque lo cierto es que, no formo parte de ningún sitio y como canta Quique Gonzalez "En todas las ciudades me siento un habitante más" pero, cuando estoy con ellos, o cuando, aunque no estén, los siento cerca... es mágico porque noto como si una barrera protectora, una frontera de invencibilidad me rodease...

Hoy Llanis tiene la puñetera culpa de que me vaya a poner a estudiar a las 8 o las 9 de la noche teniendo mañana un examen y ¿sabéis lo sorprendente? ni siquiera está aquí. Me he puesto a ver «Sexo en NY» en contra de mis, por llamarlo de alguna manera, gustos- ya que lo cierto es que jamás le encontré la chispa a esa serie- pero como pronto estrenan la segunda peli y sé que le hará ilusión ir a verla, me he dicho ¡Voy a ver la primera, y vayamos juntas a la segunda!. Y, tiene gracia que una de esas pelis típicas moñas cuyo final conoces de sobra y en las que sabes que todo acabará bien, me haya hecho despertar de ese letargo en el que llevo sumida un par de meses notándome «fuera de lugar» y siendo como mis altavoces (que curiosamente sólo pueden estar en ON o en STANBY).

Estoy enamorada. ¡Muy enamorada! y el amor de mi vida no es un hombre o una mujer con la que intercambio palabras románticas y sexo. El amor de mi vida son unos amigos y no unos amigos cualquiera si no, ¡mis mejores amigos! y , sinceramente, eso me parece más mágico, importante, fantástico y emocionante de lo que jamás podría haberme parecido un amor de cuento de hadas.

Así que, bueno, esta carta sin sello en la que (como raras veces haré) me descubro sin medias tintas, sin segundos significados y sin barreras de protección que me libren de que el mundo me haga daño, va por ellos, incluso aquellos que ya son importantes y no he hecho más que empezarlos a conocer (porque lo importante no es desde cuando conoces a una persona si no cómo te sientes con ella) alguien dijo una vez que «cuando algo va bien es como si hubiese sido así siempre».

¡GRACIAS POR EXISTIR!

viernes, 14 de mayo de 2010

Ella y IPP

Ella dedujo que Maquiavelizarse a esas horas un viernes resultaba altamente maquiavélico y destructivo. T_____T, al menos hoy Liz seguía despierta haciendo de su maldita noche de estudio algo más agradable.

El año 2007...


Y sería injusto que no escribiera esto aquí...
Cuando ha sido la música la que me ha inspirado...
^^ Nunca olvidaré 2007
El año que fui a selectividad.
El año que tuve apendicitis.
El año que te conocí.
El año que me confirmé.
El año que dimos un conciertazo.
El año que fui al Auditorio Nacional a cantar.
El año que fui a Plaza.
El año que desperté.
El año que empezé a querer como lo hacen los locos.
El año en el que me dí cuenta de que siempre llegan trenes de última hora.
El año que me cree el fotolog.
El año que empecé a escribir de manera continuada.
El año que me quedé por primera vez a dormir en casa de una amiga.
El año en el que me convertí en Ayre.
El año en el que conocí a gente maravillosa.
El año en el que aprendí a dar abrazos.
El año en que decidí cambiar del bombardino a la tuba.
El año que me presenté a canto y lo aprobé.
El año que mejor recuerdo...

¿Y te preguntas porque te echo de menos? Porque echo de menos vivir...


Siempre tuya...



Ayre*

Verano del 2007

Hoy leí una frase curiosa «Todo comenzó el verano del 2007» y es cierto, quien soy ahora es resultado, especialmente, de todo lo que empezó aquel verano... aquel año... el de mis 17...Me invade un sentimiento similar a la nostalgia pero más compuesto de alegría cada vez que recuerdo aquellos días ya lejanos. Creo que nunca podré olvidarlos. Sin duda alguna, aquel fue un gran año...
Nel Cuore, Bailaré sobre tu tumba, Dragones, El tipo que no se cambia de camisa, las noches en el altozano, todos los viernes a las 5 en el mismo lugar, Rumbo al horizonte, De la mano, primer viaje a Madrid, Los baños del Starbucks, las gafas grandes del H&M, tus abrazos, Paris (montmatre le bateu mouches, Torre Eiffel, Arco del Triunfo...), brujas, bruselas, lylle, Douai, Gante, mi vieja guitarra, mi ampliada adicción al café y a sus besos. Gran vía y las luces de una ciudad que no duerme, Murcia con Ella, playa sin él, noches enteras en la azotea escuchando la brisa del mar y su voz... Existe un 16/09/06 imprescindible en mi vida que formó parte de otro comienzo esencial ... pero, sin duda, aquel 1 de Junio del 2007 vino acompañado de algo a lo que siempre llamare VIDA.

jueves, 13 de mayo de 2010

yo

Nunca supe sonreír enseñando los dientes...

Melissa y la gente

Nunca entendería a los hombres, y puede que tampoco la manera de actuar del 90% de la población humana. Habitualmente eso no le preocupaba, pero había veces, momentos como aquel, en los que deseaba fervientemente comprender un poco más de los actos ajenos. Nunca sabía cuando el mundo era amable y cuando, simplemente, jugaba con ella...

martes, 11 de mayo de 2010

Ella, café, estudios y bso

Ella estudiaba con bandas sonoras, una cachimba y un café. Aquella noche sonaba: El señor de los anillos. La cachimba era de menta y el café sólo y con sacarina (como tantas otras noches). La única diferencia sólo la sabía ella, pero os puedo asegurar que le robaba una sonrisa.

Descubrimiento

Ella volvía a casa, nerviosa, acelerada. Tenía mucho que estudiar, y sin embargo, no había podido contener las ganas de subir andando para disfrutar de lo que restaba de buen día... pronto llegaría el calor sofocante. Caminaba con la mente sumida en sus apuntes cuando de pronto se topó con una pareja que andaba discutiendo, ella gritaba histérica y él intentaba callarla de cualquier manera pero no parecía lograrlo. Justo en ese momento Ella se puso a reír y recordó la frase de ese extraño personajillo que últimamente animaba sus días «La mejor manera de quitar la histeria es con un beso»; curiosamente era lo que el chaval acababa de hacer, había callado a su chica con un beso y esta sonreía mientras le respondía ardientemente; no pudo entonces más que apartar su cerebro de los libros y pensar cómo sabría de sus labios una sonrisa, «Tendré que descubrirlo» dedujo y aceleró el paso para poder ponerse a estudiar y buscar la escusa perfecta para quedar con él y hacer su descubrimiento.