jueves, 29 de abril de 2010

Ella y la Gente

Ella no es muy social aunque, antaño, como Melissa, sí que lo había sido. Sin embargo, no tardó demasiado en renunciar a la gente, al menos, de forma general.

No tenía un especial interés en conocer personas que entrarían y saldrían de su vida con la misma facilidad que comienza y termina un día cualquiera del mes de Abril (ya que, en su opinión, de esos ya había tenido demasiados), además, se decepcionaba con facilidad, se aburría o descubría que aquello que en un principio la eclipsó no era más que fachada. Las palabras están tan asesinadas de muerte y la gente las usa tanto ...

Sin embargo aún hay gente capaz de sorprenderla (Melissa, La mujer espiral, Él o El hombre con sombrero son algunos ejemplos) y bueno, en días largos y complicados como hoy, en los que parece que el mundo se le ha caído encima, encuentra en la soledad o la compañía de esa gente, algo francamente emocionante.

¡Que a los días torcidos- le dijo una vez Melissa- se les emborracha con grata compañía e ilusión (aunque, esta última esté flojita y cansada)!

miércoles, 28 de abril de 2010

Echar de menos

No le conocía de nada pero, hoy, le echaba de menos.

martes, 27 de abril de 2010

La sonrisa seria


Miró el IGoogle y consultó la frase del día:
No hay ninguna cosa seria que no pueda decirse con una sonrisa...
Anónimo
Sonrío y penso «¡Que diantres! ¡Es cierto!»

¿Cuando?

¿Cuando te veré?
¿Cuando habrá otra sesión de cine y sueños?
¿Cuando te podré hacer fotos y que te quejes porque no te guste quitar la cara de foto?
¿Cuando cuando cuando?

lunes, 26 de abril de 2010

Viviendo deprisa para no pensar.


Melissa cerró los ojos bien fuerte y volvió a mirar por la ventana. ¿Cuántas cajetillas de tabaco y noches madrileñas le harían falta para poder controlar esa horrible afirmación interior que decía «aún le sigo amando»? la única solución volvía a ser ponerse mona y arrasar con la ciudad. No se quedaría más horas en casa esperando a que cicatrizara esa maldita herida, mejor seguir como solía decir su vieja amiga Dafne «viviendo deprisa para no pensar»

Ei Gordo...


Ei Gordo...Sólo quiero saber que no te irás, que no desistiremos, que no serás otra de esas historias que se vencen por el desaliento, de esas, desgraciadamente, ya gasto demasiadas. Quiero que sigas siendo, por el inmenso absurdo del azar, la «excepción que se acerca a mis labios y se salva» o puede que esas tardes de fin de semana sin notar que las horas pasan porque es «bonito jugarse la vida y probar tu veneno». Sólo quiero escuchar de ti «Show must go on» y que «nunca una noche venció a un amanecer» que los dos estamos «dispuestos a combatir» y que estamos «negociando gasolina para otro amanecer» porque tenemos un «feeling», una «realidad paralela» y «barremos para casa» aunque ambos sepamos que «ultimamente andamos algo perdidos y que nos han vencido viejos fantasmas y nuevas rutinas». Quiero que sigamos creyendo en aquello de que «si se callase el ruido podríamos entender que aún nos queda la esperanza». Sólo necesito saber «que aún no nos rendimos» y que pese a que «aceche un ratero para robarnos las alajas los recuerdos y las felicidades» «De la noche aprendimos viejos sortilegios que ayudan a conjurar al reloj y sus espectros». Sólo quiero que me vuelvas a dejar «presumir de ti un poquito» porque todavía, cuando estamos bien puedo cantar aquello de «I got chills.They're multiplyin'And I'm losin' control.Cause the power you're supplyin',it's electrifyin» mientras me acuerdo de un fin de semana de hace ya bastante tiempo... (=

versos...

El olvido, olvida lo que un dia,fui
y el sereno perdio las llaves de mi hogar,
y sin recuerdo, ni olvido, ni llaves del salon,
duermo sola, como un lirio que muere sin el sol...

domingo, 25 de abril de 2010

Mi cama y tu ausencia


No hay forma de decir cuanto te quiero.Estás durmiendo en mi cama y voy ahora a quitarte el libro de Emily que has dejado a medio leer me haré un hueco y me acurrucaré a tu lado, seguro que mañana. ¡Maldita sea!, mi cama estará demasiado vacía sin tí y mis sábanas guardaran el secreto de tu esencia recordándome que otra vez te has ido y no sé cuándo volverás...

Heridas Invisibles

Derramó el café sin poder evitarlo y corroboró que su vida ultimamente- tal y como había comprendido y definido la Mujer Espiral- estaba compuesta de multitud de heridas invisibles que aunque intentara sonreír no podían cambiar el hecho de que , aquella noche, se estaba ahogando...
Por suerte no estaba sola

sábado, 24 de abril de 2010

La principal diferencia


La principal diferencia entre Ella y Melissa (su compañera de piso) no era ni que vistieran distinto, ni que Ella fuese una adicta al orden mientras que Melissa era la dueña y señora del caos, tampoco la manía de "ocultar la verdad " de Melissa frente a la "sinceridad corrosiva de Ella", ni siquiera su manera de actuar ante los problemas era tan diferente... No

La principal diferencia se la explicó una vez Melissa antes de dar un portazo tras una pelea y, desde entonces, no había podido olvidarla pese a todas las disculpas posteriores ya que, en el fondo, sabía que llevaba razón.

Ella nunca llegaría a estar completa y siempre tendría exceso de noches de estrellas y café, era una persona triste y resentida. Melissa se follaba a cualquiera, pero era su manera de intentar encontrar el amor y la ilusión. Ella, sin embargo, se follaba a las mentes pero, sin embargo, no creía en el amor ni mantenía esperanzas ni ilusión por nada. Y aunque todo el mundo defendía que nunca es tarde para cambiar, ella sabía que la única que había sabido definirlo, aunque de un modo cruel, era Melissa... Ella siempre estaría incompleta, siempre andaría buscando algo, siempre estaría en estado de espera o siempre intentando enfrentarse a fantasmas aquellas noches largas de café y estrellas.

También cabía la posibilidad de que no fuese constantemente así (como al disculparse argumentó Melissa), sin embargo, almenos algunos días (la mayoría), sí que lo sentía cierto.

jueves, 22 de abril de 2010

una de esas cosas que sólo se me ocurren a mí...


Esa era una de esas cosas que sólo se me ocurrían hacer a mí. Ponerme a las 2 de la mañana a hacerme un fondo de pantalla simple y propio de un niño pequeño para animar mis horas de estudio. Y es que... si buscas colores, botes de colores, sonrisas, sonrisas y colores en papel blanco en google, deviantart y flickr, sale cualquier cosa menos un folio pintarrajeado con miles de colorines y una sonrisa feliz... Así que «Si no existe mi concepto de felicidad tendré que inventarlo» y aquí estoy, deslumbrada por la felicidad cukiana que irradia mi msn y por la felicidad espontánea de una de estas noches de café y estrellas que ha acabado siendo Technicolor. Puede que sólo me guste a mí, pero no necesito que le guste a nadie más siempre que yo pueda recordar por qué surge y cual es su misión todo tendrá sentido...Sí, creo que, tal y como ya sugirieron en una ocasión es posible que esté definitiva e irreparablemente loca, sin embargo, ¡Que viva me siento los días que estoy loca!

Sin corazón pero con pulmones

Cuántas veces había deseado poder fumarse sus miedos y después deshacerse de ellos con la misma facilidad con la que se tiraban las cajetillas gastadas de tabaco. Luego lo pensaba bien y llegaba a la conclusión de que el humo de aquellos cigarros de inseguridad habría acabado ya con sus pulmones, así que deducía que mejor que aquellos fantasmas se mantuvieran donde estaban. Al parecer se podía vivir «sin corazón» pero no sin pulmones...

Los Tacones de Melissa


Melissa es la única mujer a la que he visto subir en bicicleta con tacones y no caerse. Pareciera como si esa elevación de sus zapatos fuera una prolongación más de su cuerpo, es como un felino nocturno, sigilosa, elegante, voraz...

Sin embargo, en días como hoy a Melissa le encantaría pisar bien fuerte y "pirarse" con sus tacones a otro lugar donde sí brillasen estrellas...

¿Pero qué sería de Melisa sin su M de Madrid?

miércoles, 21 de abril de 2010

La Zapatilla que no Aprieta

- ¿A qué viene esa cara?
- No he sentido nada ni siquiera cuando me ha contestado mal. Habitualmente hubiese saltado pero hoy, hoy me he callado y he preferido decirle un "cuidate y hasta mañana"
- Pero...¿eso no es malo no?Llevas demasiadas semanas sufriendo por el tema
- Siempre preferí el dolor a la indiferencia
- ¿Temes que te de igual?
- Temo que en días como hoy sea "Esa zapatilla que ya no me aprieta"

martes, 20 de abril de 2010

Café con sabor a esperanza

Melissa llegó a casa rozando el amanecer. Tenía mucho que hacer y muy pocas ganas. Su cuerpo estaba cansado pero no era capaz de dormir. Se preparó un café. Probablemente el 1 del día... aunque teniendo en cuenta que no había dormido quizás fuese el sexto de las horas que llevaba despierta. Da igual el número del mismo, aquel café sabría distinto a los demás, esta vez sabría a la acostumbrada decepción pero también a esperanza.

Prohibiciones de la suerte

Escogió un boli verde: Color esperanza. Y en aquel cuaderno de tareas pendientes en este caso escribió:

«Queda prohibido pasar de largo los días como este. Prohibido ignorarlos o dejarlos caer en el olvido. Prohibido dejar aun lago los abrazos de mi loco profesor de la autoescuela, los saludos efusivos de quién hace mucho que no me veía y se ha sentido feliz al encontrarme, los paseos en vano a Aluche para comprar esa mochila hippy que susurraba que tenía que ser mía, las risas en clase, las borderias que significan te quiero y esa divertida sensación de alegría sin venir a cuento. Prohibido olvidarme, olvidarte, olvidarnos. Prohibido dejar de ser yo. Prohibido olvidar llevar a cabo esta prohibición»

y al terminar, rió a carcajada limpia. Será porque era 20 de abril como la canción de los Celtas que tanto le gustaba motivo por lo que aquel número se le antojaba de la suerte pero nunca una prohibición le había resultado tan genial y divertida.


Curiosos cambios de humor de los que no solía dar explicación**

lunes, 19 de abril de 2010

La respuesta (II)

Le miró por última vez, parecía que iba a gritar colérica, pero sólo hubo un incómodo silencio que rompió finalmente con un portazo de salida.

Sabía que no volvería a verla. Sin embargo si se había ido era porque aquello sólo se podía haber prolongado un tiempo más o menos largo, pero jamás indefinido. No podía ofrecer más, lo suyo no eran los hipócritas cuentos de hadas o , tal vez, él no era normal, en cualquier caso no tenía sentido alargar lo inevitable. Ahora tocaba, simplemente, sobrevivir. Quizás algún día apareciese una mujer tan excéntrica como él. Hasta entonces... mejor evitar daños colaterales y malos entendidos irreparables. Y si no existía, iba siendo hora de acostumbrarse a la soledad.


Luchaba contra si misma

Luchaba constantemente contra aquella sensación de tristeza sin explicación y esas ganas constantes de escapar porque se sentía frustrada y desbordada. No sabía qué le pasaba y eso complicaba aún más las cosas. Se notaba como en una jaula, o quizás como en un pozo al que había caído sin ser consciente y aquello dolía especialmente en alguien que, como ella, estaba demasiado acotumbrada a ser FELIZ.

Era dificil luchar contra si misma...

domingo, 18 de abril de 2010

Y El Hombre Con Sombrero salvó a la Mujer Espiral

No te puedo explicar cómo, pero incluso sin estar, has salvado a alguien que te importa. Curiosa la manera que tienes de hacer mella sobre la gente...Cuanto menos... Curiosa.

Melissa y Madrid

Aunque nunca llegue a conocerla, o quizás ya la haya pasado de largo... Ella siempre le esperará en Madrid... Melisa y Madrid no sólo comparten la M de su nombre... Son parte la una de la otra,comparten esencia...

La respuesta

Él la miró, le había hecho una pregunta muy clara ¿vas a decirme de una vez que me quieres?, era hora de contestar, y contestar de verdad, antes de que fuera, quizás, demasiado tarde.

No. No pienso decirte que te quiero, que eres lo más importante de mi vida, que desde que te conozco estoy en una nube, que los días contigo son mágicos, que el mundo tiene otro color , que no sentí esto antes. Lo siento, no va conmigo. El mundo no es diferente, sí que sentí esto en otra ocasión y no salió bien. Por eso yo no te voy a vender la moto, ni mil sentimientos prefabricados, y no voy a estar diciéndote constantemente lo que siento, de hecho muchas veces tendrás que adivinarlo. Sí quieres eso aún estás a tiempo de coger la puerta y marcharte; conmigo no tendrás palabras asesinadas de muerte, yo te ofrezco actos. Te brindo mi casa llena de mil cosas inservibles que no recuerdo donde adquirí, como casi todos mis pensamientos. Te presto esa ducha cuya alcachofa gotea incluso después de dejarte las manos cerrando el grifo y con ella mis cambios de humor sin explicación, mis ataques de histeria y también más de mil noches de pasión desenfrenada entre mi cuarto y el salón, recorriendo cada habitación de este estrecho piso en un barrio cualquiera de Madrid. Nuestro amor, ya te aviso, no será de cuento. Querrás gritarme, querré largarme, querras odiarme y yo amarte. Como en todas las familias las discrepancias estarán a la orden del día y, supongo, que sabrás que vas incluida en mis planes aunque no te ofrezca constantemente venirte (porque intuiré que si quieres estar conmigo tienes boquita para decirlo para pedirme que me vaya contigo o pies para andar y seguirme tú a mí). Soy un alma errante, libre e insoportable, nunca cierro el champú y se me olvida sacar la basura. Me encanta cada curva de tu cuerpo y podría pasarme la noche recorriéndolo de pies a cabeza. No me pareces perfecta, sé que nadie puede serlo y comprendo que el ser humano es débil por naturaleza y que ambos podemos equivocarnos o tener un desliz. No aguanto, sin embargo, las mentiras, jamás creí ser un zoquete, y a veces me pierde la lengua.Sé que no será fácil y que en ocasiones dolerá... pero nadie dijo que tuviese que serlo.

Esto es lo que soy, si lo quieres... adelante, me harás afortunado, si no...lamento haberte llevado a engaño o haberte hecho daño.

sábado, 17 de abril de 2010

Melissa

Con un paquete de tabaco, los labios muy rojos , un corsé apretado y unas new rock. Salió a la calle, dispuesta a comerse el mundo. Hoy, como rezaba su tocaya en «Los cien golpes», Melissa entregaría primero su cuerpo y después, si le quedaban ganas, tal vez mostrase algo de su corazón.

viernes, 16 de abril de 2010

Si el Hombre con Sombrero fuese un libro...

Si acaso el Hombre con Sombrero formase parte de un libro, probablemente sería de ese tipo de personajes que se encuentran a medio camino entre un héroe y un villano, y sin los cuales, la historia perdería todo el sentido. Sin embargo, al terminar, el lector se quedaría con la sensación (similar a lo que yo pienso cada vez que nos despedimos) de que le faltan páginas que alguien, sigiloso, se llevó mientras dormía o que el propio autor omitió voluntariamente para recubrirlo de ese halo especial que lo vuelve mágico.

Además y como dato singular, he de proclamar que hoy le vi guardar un sombrero, lo cual, de habérselo puesto, le hubiese otorgado la figura que le da nombre. Y es que nuestro querido y extraño personaje es digno de ese intrigante pero satisfactorio «Continuará» a final de página, en la última hoja de un gran libro.

Los días Blancos o Technicolor

Cuando estaba feliz el mundo se paraba. Los relojes no daban las horas, las ideas se esfumaban y su mente daba un hermoso y relajante pantallazo en blanco que se pintaba de colores con cada acción, con cada risa, con cada abrazo. Y vaya que sí, hoy se notaba que era uno de esos días que había bautizado «Días blancos o en Technicolor».

No sé cuánto le durará, pero, en cualquier caso, no voy a ser yo quien le recuerde que teme esos momentos porque suelen compensarse con «días negros» y «noches de café y estrellas»; ya tendrá tiempo después para tener miedo o para llorar en silencio.

Esperemos que su día se llene de muchas pinceladas de color. ¡Vivan, hoy, sus días blancos!

miércoles, 14 de abril de 2010

Gracias

Se me olvida demasiado, o puede que tal vez me de miedo, recordaros lo que siento. Así que hoy me he apuntado en la alarma del móvil, el calendario, la agenda, un posit y la frente, recordaros que os quiero y que las moñerías de cuando en cuando no están de más.


Simplemente: Gracias.

Todo se pega

[...]

- Te entiendo...
- Eso al menos significa que no estoy loca
- Ánimo "Bichilla"
- ¿"Bichilla"? jajajaja, al final va a ser verdad eso de que todo se pega...
-... hasta la hermosura
- ¿Hasta la hermosura?
- sí, las sonrisas se pegan y las sonrisas son hermosas
- (= pues a ver si se me pegan y vuelvo a sonreír y se acaban de una vez las noches de café y estrellas.
- ¡Sea!

Y al final ha sido cierto, al menos esta noche he vuelto a sonreir que ya se me quedaron grandes los contenedores de sueños y me apetece vivir.

Superficialidad

Ella a veces preferiría ser un poco más superficial. Es probable que fuera verdad aquello de que «Tenía tanta vida interior que se perdía» y lo peor es que no sabía remediarlo; le salía de forma espontánea...

martes, 13 de abril de 2010

Soledad

Se sentó y sonrío ante las nuevas noticias. Comprendió en ese instante que el mundo comenzaba a funcionar y que la vida empezaba a sonreír a cuantos se encontraban a su alrededor. Y se alegró. ¡vaya que si se alegró! pero al mismo tiempo sintió un vacío infranqueable...Porque también entendió, en consecuencia, que ella se había quedado atrás viendo llorar al mundo y abrazando sus lágrimas. No sabría explicarlo, quizás fuese egoismo, pero aquella noche, viendo como la gente empezaba a ser feliz y ella se encontraba tan, tan triste, se sintió más sola que nunca, aunque más acompañada que siempre.

Venta de pulmones

- Si sigo así en la próxima tos expulsaré un pulmón. Saldrá disparado.
- jajajaja, ¡Eres una exagerada!
- Sí, sí... Exagerada, pero ya verás ya...
- Bueno piénsalo positivamente, sólo puedes expulsar dos, después del segundo se te acaban
- hombre visto así...
- Además creo que tienen un buen precio en el mercado negro
- ¿Estas pensando en vender mis pulmones en el mercado negro?
- Hombre ya que se te ve tan dispuesta a expulsarlos...
- ¿Podré vivir sin pulmones?
- En vista de lo constantes que son las enfermedades en tí, igual con suerte una se apodera de tu cuerpo y te alimentas tu de ella en vez de ella de tí
- Esa opción es un tanto bizarra
- casi tanto como la de expulsar un pulmón
- XDDDD Cierto.


Al final viviré de mis placas en las anginas o de mis gastroenteritis. Lo estoy viendo, espero que con mis pulmones se vayan también estas ganas de llorar, de chillar y de salir corriendo...

De cuando estaba enferma

Algunas veces deseaba estar fuera de su cuerpo. tomarse unas vacaciones de si misma. Pero los asquerosos días en los que estaba enferma y los mocos parecían estar planeando atacar su cerebro o la tos hacerse dueños de sus actos, no es que quisiera escaparse de su cuerpo, es que lo necesitaba ya que, si no, como solía ocurrir, el mal genio hacía acto de presencia y ni ella misma era capaz de aguantarse.

lunes, 12 de abril de 2010

El hombre con sombrero también es vulnerable

Y de pronto descubrió que el hombre con sombrero también era vulnerable. Eso le hizo más humano, más amigo y bastante más relajante. No pensaba que no tuviese miedos, pero le preocupaba que no tuviese necesidad de hablar de los mismos. Se sorprendió al comprender que, en el fondo, él también necesitaba aquellas ventanitas que a ella tantas veces la habían salvado. ¡Que grande era aquel hombre con sombrero!

Me siento...

Me siento intrusa en este blog..
Sin embargo he de decirte que te quiero,
que puedes contar conmigo...
Y que te echo de menos...

domingo, 11 de abril de 2010

Norte

¿Alguna vez has perdido el Norte?
Pues esa sensación soy yo...

hoy

Hoy es uno de esos días en los que la soledad, la impotencia y el miedo hacen acto de presencia y , sin embargo, nadie te pregunta por qué se te olvidó sonreír.

jueves, 8 de abril de 2010

como el vino peleon

-¿Sabes la diferencia entre tú y yo?
- Ilústrame
- Tú eres como el vino de calidad, valiosa, de reserva, Elegante, digna de ocasiones especiales, y yo, sin embargo soy como el vino peleón
- Estoy de acuerdo pero ¿Dónde quieres llegar con eso?
- Simple, seré menos elegante, menos especial, resumidamente, del montón. Pero el día a día y las borracheras de juventud más divertidas tú te las perderás, serán mías. Tuya serán las grandes reuniones y la estabilidad, yo no llegaré a ellas, pero no te envidio, mi vida siempre será más intensa (=

miércoles, 7 de abril de 2010

El hombre con sombrero es como el principito

Lo sé, hoy ando escribiendo demasiado sobre el Hombre con Sombrero. Pero no podía pasar de largo, que éste peculiar personaje acaba de recordarme sobremanera al Principito. Tanto el uno como el otro me resultan muy queridos, y, en cualquier caso, los pensamientos de ambos a veces resultan lógicos pero incomprensibles, como de otro planeta y a la vez creo que , ambos, esconden un gran pesar que adopta diferentes formas.

Siempre me pregunté que tendría el Principito en su planeta además de su flor, y cuántas cosas más habría en su peculiar cerebro y en su corazón. Me pregunto, también Qué más cosas esconderá voluntaria o involuntariamente el hombre con sombrero en su chistera invisible y aún más ¿De dónde o cómo surgen seres tan fascinantes?...

Creo que ellos tienen planeta y chistera... pero yo tengo un saco de preguntas sin fondo como el de Mary Poppins. (=

La chistera invisible del hombre con sombrero

Tengo la teoría de que la chistera invisible del hombre con sombrero guarda en su interior un remedio contra la tristeza y el tedio, por eso, a veces, su mera presencia calma mis nervios.

Azar caprichoso


- Me jugué la suerte a cara o cruz
- y ¿qué salió?
- Canto
- ¿Qué diantres significa eso?
- Supongo que...¡Tendré que seguir jugando! (=


martes, 6 de abril de 2010

Las cosas claras

Soy un puto nombre cualquiera rodeado de miles de palabras asesinadas de muerte. ¡Bueno es saberlo ahora! ¡Oído Cocina, las palabras no valen una MIERDA! No te preocupes, obraré en consecuencia...(=

domingo, 4 de abril de 2010

Yo

Lo único cierto es que no escarmiento. Y en el fondo me da igual, al menos sé que seguiré intacta aunque duela.

Ella

Algunas veces desea tener en sus manos la oportunidad y la capacidad para ser invisible.

viernes, 2 de abril de 2010

Pasillo

(Recuperada de borradores)

- ¡Qué pasillo tan grande!
- Llevas viviendo en esa casa todas las vacaciones de tu vida (exceptuando dos o tres años después de la muerte de tu abuela) y de cuando en cuando te da por darte cuenta de eso.
- No es que de cuando en cuando me de cuenta, yo se siempre que el pasillo de esta casa es largo, pero tiene fases
- No creo que tenga fases los pasillos no crecen
- ¡Eso lo dirás tú!, éste sí que crece. Veras, cuando lo recorro para ir a la cocina a comer algo, es largo, cuando estoy recogiendo la mesa y tengo que recorrerlo varias veces del salón a la cocina es MUY largo, cuando voy al baño y llevo prisa es ENORMEMENTE largo pero es que... cada dos o tres días que me toca fregarlo me parece ENORME
- jajajajajaj ¡No tienes remedio!
- Yo no tendré remedio ¬¬, pero ese pasillo crece...

Hoy le echo de menos

Al hombre con sombrero, nunca le he visto con un sombrero. Le llamo así porque bien pudiera llevarlo sin desentonar, como los viejos actores de las películas en blanco y negro. Tiene la mirada perdida, y en alguna ocasión resulta huraño y taciturno. Sé a ciencia cierta que se escapó de mis sueños y por eso le tengo una especial estima y mucha admiración. Sin embargo, apenas lo conozco. Sus miradas le delatan (aunque él nunca entienda por qué lo digo), y parece que los labios le pesan a la hora de sonreír ¡será por eso que su risa vale tanto!

El hombre con sombrero es un amante de la música, y escucha grupos muy raros. Su mente está clasificada y ordenada como en un archivo de biblioteca. Conoce mundo, aunque nunca el suficiente, porque si pudiera estaría en todas partes. Y no aprecia demasiado las descripciones como esta porque le quitan el encanto a la vida.

No sabría explicar muy bien por qué pero hoy le echo de menos. Y es que, en ocasiones, sólo puede salvarme el hombre con sombrero (aunque nunca lo lleve puesto)

jueves, 1 de abril de 2010

No era el fin del mundo, pero daba igual

Sabía que Él ya no la necesitaba para poder respirar, que el hielo se había fundido en el infierno, y que aquello no sería el final del mundo. Sabía que no se acabarían los amaneceres sólo porque en la tienda de campaña no estuviera también él, del mismo modo, sabía que las noches no dejarían de existir, que los silencios entre amigos seguirían siendo sagrados, que las pelis en su cama podrían seguir teniendo ese toque de domingo por la tarde, y que los boles de palomitas seguirían quedándose a medias en la mesa del salón. Tenía claro que no cerrarían el chino sólo porque ellos ya no fueran los viernes, y que recorrer España o los alrededores de Madrid (al menos) seguiría siendo emocionante aunque él ya no usara su coche para llevarla. Sabía que tarde o temprano volvería a disfrutar del sexo desenfrenado, y que los capuccinos seguirían siendo dulces. No iban a desaparecer los Decathlon del mundo sólo porque él ya no quisiera hacer locuras, ni tampoco ella pararía de intentar comerse el mundo simplemente porque él ya no tuviese hambre. Sin embargo, de poco servía tanto conocimiento cuando tenía noticias suyas, cuando escuchaba las descripciones de cómo otro se bebía la sal de sus labios. Porque, en definitiva, el corazón aplastaba toda lógica, y aunque tenía claro que aquello no era el final, saber que él era ahora el príncipe de otro cuento y que de nuevo "había puesto la cama para que otro se follara sus sueños", dolía, y hacía tanto daño que, por un instante, ¡Ese maldito instante! se le olvidaba lo que sabía y el mundo volvía a haber tocado fondo.

Culpa suya por haber soñado despierta. (=