martes, 19 de marzo de 2013

Querido Mundo:

¿Por qué se empeñan en que recuerde a quien le importo/importé/importaré una mierda?

miércoles, 13 de marzo de 2013

Un final


Contigo me cansé de la coma, de los puntos suspensivos y hasta el punto y seguido por eso puse el final de los finales con un remate redondo de silencio y adiós.

Tu recuerdo es como el de las tormentas de verano y el mío... espero que el mío asemeje a los días soleados de humedad del final de la primavera... a los días de abril y si no es así, lo cierto es que ya no importa. Yo ya no intento descifrar lo que dices con silencios lo que tu palabra no otorga. 

Me limitaré a mirar por la ventana que dejes abierta de tu vida y a sonreír cuando proceda cuando sepa que en tu fosca casa entran algunos rayos de luz. No sabré quién eres ahora, y tú jamás llegarás a conocer quién soy hoy, aunque quizá me veas asomarme desde la otra orilla del lago. 

Somos dos verdaderos extraños que una vez compartieron un alto en el camino. Dos recuerdos difusos sonrientes y casi olvidados, dos arañazos que jamás dejaron cicatriz.

Me encargué de que nuestra historia terminara así, como jamás fue, sencilla y lineal. Sin complicaciones. Agradable y amarga como la taza del café que ya no recuerdo si alguna vez degustamos en alguna terraza de bar. Simplemente un final.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Fotos del pasado


Aún huele la mezcla de tierra mojada y pino de ese día de abril.
Había tormenta, pero la de la calle era la que atronaba con menos fuerza, en su corazón aquel día se libraba una batalla en la que jamás hubo vencedores ni vencidos, sólo una decisión.
Siempre le ha gustado pasear, especialmente cuando necesita despejarse, es difícil, por no decir imposible, la libertad que siente caminando durante horas con la mente en blanco mientras, incosncientenmente sus pensamientos se ordenan. Y ese sábado de abril fue uno de esos días que nunca se olvidan.

Dos tormentas se acercaban hacia ella, que desde niña las ha temido, y en lugar de correr se fue a lo más alto del monte para contemplar los rayos y truenos hasta que, finalmente, decidió correr los cinco kilómetros que le faltaban a casa, eso sí, no sin pararse a hacer fotos, no sabía qué le traería la decisión que, sin saber cómo, acababa de tomar, y tampoco sabía lo importante que iba a ser en su vida, sin embargo, tenía la certeza de que debía guardar un pedazo de aquel instante para que, si no lo perdía, en un futuro, pudiera volver la vista atrás y reflexionar sobre ese día, ahora si, con perspectiva.

Es interesante como pasa el tiempo.
Durante años aquella foto, junto con todas las que hizo ese abril, desaparecieron. Algunas no han sido reencontradas aún, aunque probablemente se hallen en algún baúl con forma de cd, perdido en tarrinas escondidas por su habitación. Sin embargo, no hace mucho, su padre le devolvió esa foto...seguía oliendo a pino y tierra mojada, y seguía transmitiendo libertad y adrenalina.

volvió la vista al 2007, a sus decisiones, a ese día. Hizo un recorrido mental desde aquel momento hasta el 2013 y se sintió orgullosa de quien fue y de la persona en la que se ha convertido. No había sido perfecta, ni le hacía falta serlo, algunos la tacharían de ególatra, pero le daba igual, no se cambiaría por el pellejo de nadie, ni cambiaría ni una sola de las decisiones que había tomado. Pese a que algunas le hubieran hecho daño.

Guardó la foto y sonrió... aquel día no había dos... había hasta 4 tormentas (entre las propias y las de la naturaleza) y después de todas ellas llegó el sol.