miércoles, 13 de marzo de 2013

Un final


Contigo me cansé de la coma, de los puntos suspensivos y hasta el punto y seguido por eso puse el final de los finales con un remate redondo de silencio y adiós.

Tu recuerdo es como el de las tormentas de verano y el mío... espero que el mío asemeje a los días soleados de humedad del final de la primavera... a los días de abril y si no es así, lo cierto es que ya no importa. Yo ya no intento descifrar lo que dices con silencios lo que tu palabra no otorga. 

Me limitaré a mirar por la ventana que dejes abierta de tu vida y a sonreír cuando proceda cuando sepa que en tu fosca casa entran algunos rayos de luz. No sabré quién eres ahora, y tú jamás llegarás a conocer quién soy hoy, aunque quizá me veas asomarme desde la otra orilla del lago. 

Somos dos verdaderos extraños que una vez compartieron un alto en el camino. Dos recuerdos difusos sonrientes y casi olvidados, dos arañazos que jamás dejaron cicatriz.

Me encargué de que nuestra historia terminara así, como jamás fue, sencilla y lineal. Sin complicaciones. Agradable y amarga como la taza del café que ya no recuerdo si alguna vez degustamos en alguna terraza de bar. Simplemente un final.

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