jueves, 24 de julio de 2008

Vamos a quemarnos con el fuego..

Está bien, está bien. Cierra los ojos, vamos a jugar. Si no quieres cerrar los ojos te los taparé con un pañuelo. Deacuerdo, ya está.Ahora no ves nada, debes pensar que esto es estúpido, pero, en realidad, ahora no estás viendo nada. No estás viendo nada real, claro. Porque en el momento en el que te he privado de tu vista, tus otros sentidos están en alerta. Y tu mente trabaja, comienza a crear imágenes, imágenes que en estos momentos no son reales, pero que lo fueron. En primer lugar, lo único que ves es una sonrisa, una sonrisa que pertenece a alguien que es muy feliz, aunque en realidad esa persona no cree en la felicidad. En segundo lugar, unos ojos, unos ojos grandes, llenos de luz, llenos de un brillo auténtico, como si se reflejara el Sol en ellos, pero sin quemar. En tercer lugar, hay un corazón, un corazón que late fuerte, un corazón lleno de vida, de recuerdos hermosos, que no deja de latir, y cada vez lo hace más fuerte, como si quisiera salirse de su cuerpo. Pom pom, pom pom, pom pom, y en un segundo, crash. Todo desaparece. Entonces un escalofrío, entonces unas inmensas ganas de llorar.





lunes, 7 de julio de 2008

A las 5:00 como en aquella ocasión

Pronto seremos solo dos nombres desconocidos grabados juntos en un banco de Madrid. Esa ciudad tan grande que nos hizo encontrarnos, hace ya tanto tiempo...

Queda conmigo, a las 5, como hicimos la primera vez, como hacíamos cada viernes, pero esta vez deja que el único plan que tengamos sea tumbarnos en el cesped verde de nuestra Plaza, aquella en la que siempre nos encontrabamos, para contemplar el cielo mientras sostenemos nuestras manos, sin mediar palabra, entendiendo nuestros silencios. Creo que así conseguiremos hurtarle una tarde a esta vida real en la que muchas veces nos cuesta demasiado recobrar el aliento...



jueves, 3 de julio de 2008

Humo y palabras


Aún me pregunto, mientras planeo un ataque estúpido contra mi cuerpo como venganza por parte de mi razón para mi corazón, cómo lo he hecho. Cómo, de entre todas las opciones posibles, elegí la peor. Se trata, sin duda alguna, de una especie de radar situado entre los ojos, el cerebro y el organo bombeador, que me nubla la vista, y me ciega. Elijo, por suerte o por destino, de entre todos los posibles, el único imposible, y después sonrío, sin entender la razón.

Dando tumbos de un lado a otro, planeando mi venganza, atropeyando a mi alma, y arrancandome el corazón, así voy yo por la vida.

A medida que avanza julio hace más calor y sin embargo creo que yo siento frío, estoy congelada...