miércoles, 23 de junio de 2010

a la atención del rey de los sapos



A la atención del rey de los sapos:

Estimado rey de los sapos le escribo esta carta para saber si es posible que me mande un sapito simpático dispuesto a trepar desde mi ombligo a mis labios para darme un beso y convertirme, con ello, en rana. No hace falta que sea de la realeza sapil, es más, si es posible, preferiria un sapico humilde y honrrado que, aunque no tenga nada, quiera saltar y ver mundo. Esto se debe a que,vera usted, una tiene cierta paciencia pero para aguantar a la interminable lista de caballeros de armadura oxidada y «perfectos» príncipes que me han importunado, prácticamente sería necesario ser una santa.

Estoy convencida de que entenderá mis motivos, ya que lo único que deseo es croar y saltar tranquila y feliz en cualquier charca, motivo por el cual le doy de antemano las gracias.

Un afectuoso «Croack»

Melissa

Mel, Ella y las pesadillas

- ¿Qué tal has dormido? - le dijo Ella a Melissa
- He tenido pesadillas - contestó Mel ojerosa
- ¿De las buenas o de las malas? - Insistio Ella
- Mis pesadillas siempre son malas...- Dijo Mel triste y cansada

Ella miró a Mel y comenzó a hablar:

Nunca entendí porque para la gente las pesadillas siempre son malas. Será porque a mi nunca me dieron miedo los monstruos grandes y feos. Es más, cuanto más horribles parezcan, más interés me suscitan y menos miedo me inspiran. Tengo la teoría de que aquellos que se muestran más fieros acaban siendo los más gentiles, eso sí, siempre a su manera, pero ¿quién no hace las cosas de un modo peculiar?.

Sólo hay que tener paciencia y no huir para poder descubrir la magia de las pesadillas, que ya se sabe cuando uno prueba poco a poco el veneno al final, aunque cueste, o le mata o se vuelve inmune a él.

Siempre creí aquello de que «Las infancias difíciles dan como resultado los adultos más interesantes» y Él nunca dejó de parecerme una de esas pesadillas geniales (=

Melissa sonrió y pensó...«al final puede que sí existan las buenas pesadillas, habrá que investigarlo»

Narices verdes

- Las narices verdes NO son de payaso
- ¿Cómo que no?, son las narices de los payasos de la esperanza y eso, exactamente, es lo que tú eres, un payaso de esos de los que, además de hacer reír, transmiten ganas de vivir. (o=

A Ada le encantan las fotos en blanco y negro pero esta vez tenía que reconocer algo: ¡hay cosas que siempre son mejor en color! y la esperanza de itah verde readiactiva era una de ellas. Incluso en días como el de ayer se mantenía en RGB mientras el mundo se teñía de la aburrida escala bicolor.

¡Por las narices verdes y los payasos de la esperanza! ¡Por las escalas de grises en las que aparece color!

** Que la esperanza para los cobardes siempre será radiactiva y Ada siempre fue de las que asusta al miedo (o=

lunes, 21 de junio de 2010

Bendita magia


Ella miró la chistera de Ada que ahora debía estar en la escuela de circo. Después volvió a observar la foto de la pequeña Pa-Love-a (o como ella la llamaba «La mujer espiral»), y aquella ventanita naranja en la barra de herramientas del portátil.

<<....>>...//...Y todo lo demás también...

No le hizo falta ver más para comprenderlo:
Magia no era sacar un sombrero de la chistera ni hacer desaparecer un sacapuntas. Magia eran sus ojos, su sonrisa, su entusiasmo,su mirada, sus ganas de vivir y la manera que tenía el viento de despeinar su pelo zanahoria...
Magia era comprender «que todo lo demás no importa» cuando ella decía «todo saldrá bien» y que al tararear «Miss camiseta mojada» pudiera sentirla cerca. Magia era entender que SIEMPRE (siempre, siempre) aplicado a ella nunca sería demasiado tiempo.

**Que como dicen Ivan Ferreiro (ese que no te gusta en absoluto XP) «Magia, hasta quedarnos sin aliento. Bendita magia»

domingo, 20 de junio de 2010

Melissa y tres puntos suspensivos


Melissa ha vuelto a soñar con Él.
Melissaa ha vuelto a «perderle» y tres puntos suspensivos...


**Y, sin motivo, se pone a reír. «A ratos se olvida que se acuerda de ti».

21 Gramos y tres puntos suspensivos

Ella compraba el periódico los domingos sólo por la película que traía. Así daba igual que fuera «El País», «El Mundo» o el «ABC». Hoy como cada fin de semana había ido dando un paseo hasta la papelería y encontró que con el «ABC» regalaban «21 Gramos». Aquella película le recordaba los días en los que Él aún vivía en el piso.Esos lejanos días en los que una pizarra en la cocina rezaba:

«¿Cuántas vidas vívimos? ¿Cuántas veces morimos? Dicen que todos perdemos 21 gramos en el momento exacto de la muerte, todos. ¿Cuánto cabe en 21 gramos? ¿Cuánto se pierde? ¿Cuándo perdemos 21 gramos? ¿Cuándo se va con ellos? ¿Cuándo se gana? ¿Cuándo... se gana? 21 gramos el peso de 5 monedas de 5 centavos, el peso de un colibrí, el peso de una chocolatina»

Al llegar a casa cogió su guitarra y volvió a tocar esa canción...la canción que le escribió. La única de sus canciones que, irónicamente, ahora debía pesar, como sus pensamientos, 21 gramos y tres puntos suspensivos.

jueves, 17 de junio de 2010

martes, 15 de junio de 2010

Carta sin sello


«Recuerda hacer las maletas una tarde lluviosa de abril en la que cueste sonreir y duela el amor tanto como en las pelis de coixet, así no te dejarás el alma olvidada en cualquier armario. Porque sin duda tú eres de las que se va un día soleado de Mayo olvidando revisar los cajones y jurando no volver atrás. Y es que sé que comprendiste aquello de que el mundo no se acaba sólo tiene más o menos alicientes.»

lunes, 14 de junio de 2010

Miru


Ada echaba muchas cosas de menos en el norte. El frío, el viento, la playa cercana a su pueblo asturiano,las noches barcelonesas, las estrellas, el olor a verde... Pero, de entre todas las cosas del norte, quizás la que más anhelaba era una personilla muy especial llamada Miru.

Miru era el motivo por el cual ella se había teñido de pelirroja hacía ya un par de años. Era inteligente, guapa, divertida y le encantaban el cocholate y la lectura casi más que a Ada ¡y mira que eso era francamente difícil!. Apareció de casualidad en su vida y, desde entonces, no había podido olvidarla. Aunque la distancia hacía mella nunca había sido un inconveniente, ya que ,de cuando en cuando el par de locuelas hacían una maratón de mails poniéndose al día con las cosas de su vida, lo cual, por cierto, cambiaba el humor de Ada que de por sí ya solía ser alegre y desenfadado.

Hoy Ada había tenido noticias de Miru. Así que al terminar de estudiar limpió la casa, llamó al chino y preparó natillas y brownies para que Ella, Mel y Aitor (que había pasado la noche en casa) pudieran elegir postre.

¡Que ganas tenía de que Miru conociese con ella su nuevo hogar: Madrid; y su pequeña familia!

Locura...


Siempre he querido bailar al son de tu mirada, y quejarme, porqué no, del roce de tu piel.
Siempre he querido huirte y encontrarte, beberte y afixiarte en este circo llamado mi alma.
Y es que siempre contigo, pero si puedo sin ti, te querré como nunca antes lo había hecho.
Me harto del poco espacio que quiero que tengamos y me agobio si lo abro, claustrofobia entre tus manos y locura me vuelvo sino te tengo entre mis labios.
Y es que este todo y esta nada por la que me pierdo en las mañanas, y esta decadencia de acordes de novena con octavas paralelas y quintas desahuciadas me quiebran la armonía de morir mayorizada, pero como nadie es perfecto, de quinto me ofrezco a primero, y te quiero por lo que te quiero, y me escapo según lo acordado...

viernes, 11 de junio de 2010

Era imposible no quererla


A Isi era simplemente imposible no adorarla. (= Aquella mujer era vida, era alegría, era magia.

El póster de Melisssa


Ada alguna vez se percató de que Melissa tenía un póster enmarcado de uno de los cómics de Ross Campbell decorando su habitación, y un día decidió preguntarle de dónde había salido y por qué lo había enmarcado en lugar de pegarlo con celo.

Mel le contó que siempre que lo miraba se ponía de buen humor y se le venía a la mente su hermana mayor.

Lo recordaba perfectamente, aún vivía en casa de sus padres, lo que implicaba que el 80% del tiempo estaba envuelta en disputas con sus hermanos y con ellos. Los quería con locura pero convivir con ellos ¡era IMPOSIBLE! (o bueno, también cabía la posibilidad de que fuera con ella con la que su familia no podía convivir) en cualquier caso, aquel día Maitechu llegó a casa de buen humor, venía de un expocómic o de comprar cómics por el centro con sus amigos o algo así, normalmente ignoraba el paradero de los componentes de su casa porque hacía vida entre su habitación y la calle y, aplicaba aquello de Quique Gonzalez de « y todo lo demás no importa». El caso es queMaite ( su hermana) irrumpió en la habitación con una sonrisa de oreja a oreja y sus enormes ojos verdes abiertos de par en par como si fueran los de una ranita divisando a su presa.

- ¡Arreba! - dijo Maitechu gritando contenta cuando entró en la habitación
- ¿Lo qué? - contestó Melissa anonadada
- Nada nada, es que he aprendido a decir hermana en vasco y me ha hecho gracia porque se dice como arriba pero con "e"
- ahhm ¡qué gran descubrimiento! - dijo aburrida y dando la conversación por zanjada. su hermana tenía 4 años más que ella y siempre le había parecido que tenía ocurrencias de bombero jubilado y cambios de humor más raros que los suyos ( y ahora, incluso, que los de Ella)
- Pero... no venía por eso- comentó acercándose a Mel
- ehm... ¿qué quieres Maitechu? Estoy haciendo cosas...
Maite la ignoró
- Jo Mel... ¿Cómo puedes ser taaaan desordenada? tu habitación es peor que una leonera y además está super llena de pósters y de miles de prendas de ropa y zapatos tirados por el suelo...Tienes que madurar. Además siempre tienes las rodillas llenas de tiritas porque te has cortado con algo, o te has caído aprendiendo andar con esos tacones enormes tuyos.
Melissa estaba empezando a enfadarse. Iba a soltarle un exabrupto y a echarla de la habitación cuando Mai sacó un póster de su mochilita.
-¡¡TACHAN!! Lo he visto y me ha recordado muchísimo a ti. No te enfades ¿eh? simplemente pensé que quedaría bonito en tu desastrosa habitación. Además, conociéndote tardarás dos amaneceres en irte de casa y seguro que con este póster te acuerdas de mí de tu clásico desorden y de cuando aprendiste a andar con tacones.

Melissa desconfió un poco, pero cuando desenvolvió el póster le pareció Genial. Su hermana sabía que adoraba los dibujos de Ross campbell y, aunque le costaría reconocerlo, era lógico que Maitechu hubiera pensado en ella al verlo, el desorden era similar al caos de su habitación y de hecho el personaje parecía ella misma en una de sus múltiples sesiones de cotilleos telefónicos.

Puso cara de póker

- Oh... vaya...no te gusta ¿verdad? ¿Te vas a enfadar?, lo siento Mel... yo... bueno... me parecía gracioso y...
- ¿Quieres callarte?
Maitechu puso cara triste y Mel se acercó a ella la abrazó y comenzó a dar botes de alegría.
- Me has dejado en estado de Shock, no creí que mi hermanita mayor con su 1,80 de alto típico de modelos, (sieempre le había molestado medir menos que ella) sus 70 kilitos, su cabecita sólo para sujetar el pelo y sus ojos de rana voraz, tuviese nunca una idea tan genial como esta. - dijo Mel entre risas, era su manera de dar las gracias sin perder la costumbre de hacer rabiar a su hermana
-¡Oh! ¡Tu tan agradable como siempre! ¿a que me lo quedo?- contestó Maite contenta simulando enfado
- Santa Rita Rita Rita lo que se da...
-¿se quita?

Las dos rieron y, por primera vez , tuvieron una tregua que duró toda la semana. De hecho sólo 3 años después Maite se fue a vivir con su novio y Mel encontró un piso que compartir con su nueva amiga Ella, su hermano mayor se fue a estudiar a Barcelona y todo cambió tal y como había predicho May.

Aunque seguía pensando, cuando se reunían, que evitar las discusiones, al menos entre su hermana y ella, era inevitable, y le daba rabia que no se pudiera llevar con ella tan bien como con su hermano mayor (con el que se llevaba al menos 10 años de diferencia). Aún hoy pensaba que aquel póster le venía al pelo (aunque ya no llevara tiritas y anduviese agilmente con sus tacones). Todavía cuando lo miraba le seguía sirviendo para olvidar los cabreos y, sobretodo, le recordaba que, aunque no pudiera convivir con su familia por sus diferentes personalidades y formas de ver la vida, se querían mucho.

jueves, 10 de junio de 2010

Combatir el miedo

Melissa se preparó un batido de fresas natural. Encendió un cigarro. Abrió la ventana y esperó que el humo se llevase sus malos pensamientos y esa horrible sensación de melancolía. Había vuelto a soñar con él, aún no sabía olvidarlo. Definitivamente encontró un Él que marcara un antes y un después, pero que Él más raro. Terminó el batido de fresas y el cigarro. Se puso una minifalda de picos de esas de rayas negras y azules eléctricas, unas sandalias negras con 7cm de tacón de aguja, un corsé palabra de honor, se soltó el pelo, buscó el brillo de labios y esta vez no se puso rimel en los ojos. Agarró el móvil, el bolso y las llaves en tiempo record y bajó a tomarse una cerveza, unas olivas, y a comerse la ciudad. Fijo que convencía a alguien para tomar algo por el centro. Se prometió no volver a derramar ni una sola lágrima por él y si se quedaba sola en casa no podría evitarlo. Que un clavo saca a otro clavo y ella tenía una ferretería entera disponibles con clavos, tornillos, tuercas y arandelas. ¡Que se joda él con su pared torcida y su martillo! que ella tenía ¡un mundo por descubrir!

miércoles, 9 de junio de 2010

Fin del cumpleaños del hombre con sombrero

ya está. Ya ha pasado. Risas, abrazos, y mucho cachondeo. ¡Todas las prisas merecieron la pena por otra foto mental que guardo de tu cara de asombro! (= en el fondo aún resulta sencillo sorprender a un hombre tan complejo como tú, y es que sigo manteniendo que, pese a todo, eres mi pequeño y, como tal, guardas cierta vulnerabilidad y entusiasmo infantil que te hacen entrañable.

¡Otro añito más pequeño hombre con sombrero!

Que la mujer espiral, Él, yo y todos los que te apreciamos podamos verlo y celebrar otros muchos más adelante.

Días de Lluvia sin paraguas ni Chubasquero

Le gustaban los días de lluvia sin paraguas ni chubasquero, con las gotas recorriendo su piel y el viento meciendo su pelo. Decía que se sentía viva y que bailaba al son de la Madrid dormida cuando aquello ocurría. Sentía que no había grises y que el color era más color porque luchaba por mantenerse cuando la luz era tenue.

Le gustaban los días de lluvia sin paraguas ni chubasquero. Por eso hoy estaba de tan buen humor.

martes, 8 de junio de 2010

Cansada del mismo tipo de gente

Ella se preguntaba por qué la gente se creía siempre con el derecho de aparecer y desaparecer de su vida cuando le diera la gana. Estaba cansada de aquella situación, de aquel tipo de personas que pasaban de cien a cero sin darle si quiera importancia.

El arte es un arma cargada de futuro

A Ada le encantaba sentarse a ver los payasos. Pero también adoraba participar en la escuela de circo (que había dejado tiempo atrás allá en Asturias) y las actuaciones que tenían lugar en los parques delante de muchos niños. Sin embargo, de entre todas las cosas, la que más le llamaba la atención eran los juegos malabares, y eso que nunca se le dieron demasiado bien, y es que tenía la sensación de que aquello se convertía en una compleja danza mágica para robar una sonrisa.

Así que, después de un par de semanas viviendo en Madrid, decidió desempolvar su vieja nariz de payaso sus pelotas de colores y esas enormes ganas de «vivir viviendo» que cantaba Luter para volver «a escena» que como rezaban en Noviembre «El arte es un arma cargada de futuro»

Ella y sus kilitos de más


Ella odiaba el calor y sus 15 kilos de más, especialmente en verano. Aunque no era nada fea y cuando se arreglaba parecía otra, nunca había estado conforme con su cuerpo. Así que cuando aquella tarde al pesarse vio un par de kilos más de lo habitual decidió que ya estaba bien de sentirse incómoda consigo misma porque sí, que era hora de tomar medidas al respecto y pegarle con fuerzas a la falta de voluntad. ¡Era algo personal! ¡No era algo estético! además su escoriosis y sus rodillas (con poco cartílago) lo agradecerían.

¡Era el momento, lo había decidido! ¡Quería demostrarse a sí misma que también ella podía sentirse cómoda en su piel!

Esa misma noche se lo dijo a Melissa y a Ada - quienes ,por cierto, no creían que le sobraran tantos kilos pero que decidieron darle apoyo moral- y resultó cómica la frase de Melissa mirando a Ella y Ada antes de irse a dormir:

«Por cierto chicas, creo que esta semana no sólo va a aprender a cocinar Ada ya que, en el tiempo que vivimos juntas he podido confirmar que para nosotros la verdura es como Dios, algo que intuimos que existe pero que nunca vemos»