miércoles, 9 de junio de 2010

Días de Lluvia sin paraguas ni Chubasquero

Le gustaban los días de lluvia sin paraguas ni chubasquero, con las gotas recorriendo su piel y el viento meciendo su pelo. Decía que se sentía viva y que bailaba al son de la Madrid dormida cuando aquello ocurría. Sentía que no había grises y que el color era más color porque luchaba por mantenerse cuando la luz era tenue.

Le gustaban los días de lluvia sin paraguas ni chubasquero. Por eso hoy estaba de tan buen humor.

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