domingo, 30 de mayo de 2010

Melissa y el sujetador


Mel (al teléfono) : Oye Ella... Sé que es una pregunta un tanto extraña pero... ¿No habrás visto mi sujetador?

Ella: jajajajaja ¿Tu sujetador? Sí. La última vez que lo vi anoche colgaba de un árbol

Mel: O.O vale... si mi pregunta era extraña tu respuesta ha sido aún más rara

Aitor (mirando a Melissa con ojos atónitos ante el último comentario que había hecho por teléfono): ¿Bueno qué? ¿Ella sabe donde está el sujetador?

Mel: Dice que la última vez que lo vio anoche andaba colgado en un árbol de tu jardín.

Aitor: ¿Y cómo cojones ha acabado ahí?

Mel: Esa sí que es una buena pregunta.



viernes, 28 de mayo de 2010

Ella y su manera de despedirse

Ella se despedía siempre con un «be happy y feliz año» (en su defecto, se feliz feliz año) ya que ¿por qué se felicitaba el año sólo al principio o al final del mismo? ¿Es que acaso el resto del tiempo no podía deseársele a alguien que sus 365 días fueran felices?o ¿ es que aquella frase para el resto del mundo no significaba nada? Puede que sólo fuera afán de contradicción o tal vez era su manera de reivindicar el valor de las palabras, pero el caso es que casi siempre se despedía con un «to be happy feliz año» que arrancaba la sonrisa de alguien o una extraña mirada de confusión.

Ada y los ruidos.

Cuando a Ada le salía algo bien siempre hacía un ruido similar al que provocan las pelotas de tenis al impactar contra el suelo. Aquel día su casa sJustificar a ambos ladosonaba como un partido de Nadal.

Melissa y la copado


Melissa sonrío al espejo mientras terminaba de retocarse el Rimel y oxigenaba su larga melena castaña al son del «Que mueran» de la Copado. Como siempre su falda era corta, sus botas altas y de taco-taconazos (como llamaban a los zapatos que tenían un tacón de más de 10 cm) sin embargo, lo que más destacaba no eran ni su figura estilizada ni su ropa estratégicamente elegida para acentuar sus femeninas curvas. Lo que más llamaba la atención era aquella sonrisa de oreja a oreja. Esa noche iba a ver a Crixtina Copado tocar, lucirse ante su , cada vez más amplio, público; compartiría alcohol con grandes amigos, reiría hasta el amanecer y su única preocupación sería, como siempre que estaba tranquila, comerse el mundo en grata compañía. Hoy no importaban sus fantasmas ni sus recuerdos de noches de pasión y dulces abrazos. De nada le serviría a sus miedos hacer acto de presencia o a sus dolores tratar de martillearle el corazón. Porque esta noche Mel les daría portazo, sólo cabría en ella la paz y la tranquilidad de quién se siente en casa, de quién se halla protegido, del que se vuelve fuerte.

foto: Crixtina Copado

jueves, 27 de mayo de 2010

Posit de nevera

Sé que llego tarde, que mi reloj se paró hace tiempo,
pero no sé como volverle a dar cuerda, no sé si esta roto,
o si me he roto yo, por favor, seas quien seas, desconocido, desconocida,
si encuentras la cuerda de mi reloj, te lo agradeceré eternamente.
Recuerda comprar galletas.

Ayre.

viernes, 21 de mayo de 2010

El primer viernes noche

Melissa, Ada y Ella habían decidido no salir de fiesta para poder ayudar a Ada a colocar todo lo que había en sus cajas. Que, aunque, en realidad, parecía más de lo que era, había llevado toda la tarde y parte de la noche. Cuando por fin quedó todo en su sitio, las tres asintieron por el trabajo bien hecho y destaparon una de las botellas de sidrina (sidra casera asturiana) que Ada llevaba en una de las cajas, para celebrarlo, escanciaron en una copa de coñac y se sentaron en el sofá. Elly no tardó en irse a dormir, Mel, sin embargo, era un ser nocturno así que aún le quedaba día por delante.

- Mel... ¿puedo hacerte una pregunta?- dijo Ada con aire preocupado
- ¿eh?, ¡ah!, si, ¡claro cielete! - afirmó mientras bajaba el volumen de la tv para enterarse bien de lo que Ada dijera
- ¿He hecho algo malo para poner a Ella triste?- dijo soltando las palabras como si fueran losas pesadas que le oprimían el pecho

Melisa sonrío amargamente.

- Veras Ada, Elly es una mujer muy reservada, pero no tiene nada contra ti ni le has hecho nada malo. Lo que ocurre es que, verás, hace cuatro o cinco meses tú habitación perteneció a otra persona, alguien a quien Elly amó con todas sus fuerzas y con quien las cosas, por diversos motivos, no salieron bien. Desde que él se fue, Ella no ha vuelto a entrar en el cuarto hasta hoy para ayudarnos a recoger tus cajas, por eso estaba tan ausente. No se lo tomes en cuenta, es una gran mujer y además ¡muy divertida cuando se suelta!
- ¡oh vaya!, ¡Lo siento mucho! yo... si lo llego a saber.... lo siento mucho
- ¡Ei pequeña! ¡ No digas tonterías! Aunque no te lo creas llenar la habitación con tus cosas ha sido como una terapia para las dos. ¡Al fin se han ido los fantasmas de esta casa que ya era hora!, además, entre nosotras- dijo acercándose a su oido- ¡tú tienes mejor gusto decorando!

Ambas se sonrieron. Pero Ada aún tenía una pregunta más:

- Mely...¡Siento ser pesada! pero... ¿Puedo hacerte otra pregunta?
Melissa la miró desenfadada, aquella muchacha era amor, no había maldad en sus preguntas, ni siquiera cotilleo, lo único que quería era que Elly no estuviese triste, lo cual le recordó mucho a si misma hacía ya varios años cuando conoció a Ella ya que había tenido la misma sensación de culpa y, al mismo tiempo, de necesidad de protegerla.
- ¡Claro señorita Crêpes! ¡Pregunta cuanto quieras! ¡Eres bastante más interesante que la maldita programación de la Tv! ¡Creo que ya sé porque salgo de fiesta todas las noches!
Ada volvió a sonreir y se aventuró a lanzar la pregunta:
- El golpe que hay en la pared cerca de la ventana...¿lo hizo él?
A Melissa se le ensombreció el rostro.
- Sí
- ¿Crees que Ella se molestaría si lo arreglo a mi manera?
- Lo dudo. ¿Tienes pensado algo?
- Lo cierto es que sí.
- Entonces hazlo. Le vendrán bien unos cuantos cambios a esta casa.
- ¡Muchas Gracias Mel! - Dijo Ada con entusiasmo y se levantó y se fue para la habitación casi corriendo
- ¡OYE ADA! - dijo Mel mientras Ada salia del salón
Ada regresó
- ¿si?- preguntó intrigada
- ¿Te puedo hacer un par de preguntas?
- ¡Claro! - Ada tenía en todo momento tanto entusiasmo que parecía que era imposible verla cansada o de mal humor
- Es curioso me has preguntado si el golpe fue resultado de lo que hizo Él pero no has insistido en el tema ¿por qué? y... ¿Cuánto tiempo pretendes quedare en Madrid?
- Pues... En cuanto a lo primero, creo que no soy quién para meterme en vidas ajenas, lo único que necesitaba saber era si podía repararlo a mi manera y ya he obtenido mi respuesta - dijo guiñándole un ojo- En cuanto a lo segundo, quiero empezar a hacer enfermería a partir de septiembre y encontrar trabajo así que , si no os molesta, ¡me gustaría quedarme bastante!

Melissa no cabía en si misma de alegría, aquella mujer no sólo no era cotilla si no que además era respetuosa y pensaba quedarse y parecía positiva y feliz ¡Era lo que necesitaba aquella casa por encima de todas las cosas!
- Pequeña, no sabes lo que me alegra oír eso... ¡no te haces una idea!
- ¡GRACIAS! - Ada se acercó, le dio un par de besos de buenas noches y salió corriendo hacia su habitación, tenía pensada una gran reparación y no dormiría hasta haberla terminado.

Recuerdos

Me pregunto cómo es posible que alguien que ha significado mucho para nosotros en un determinado momento de nuestra vida y con el cual hemos compartido bastantes años que ya no volverán puede desaparecer de ella con la misma facilidad con la que una veleta cambia su orientación de norte a sur. Yo nunca he sabido olvidar de esa manera y, a menudo se me vienen personas a la mente que dudo mucho que, a estas alturas, se acuerden si quiera de que existo, no ya sólo porque sus vidas han continuado por caminos diferentes a los míos (que ello no implica el olvido) si no por su actitud para conmigo o para con el resto de la humanidad. Y en días como hoy, días en los que, sin ningún motivo me acuerdo de alguno de ellos, me da lástima ver algunas fotos y pensar en que no sólo esos días nunca volverán si no que es harto probable que jamás volvamos a recordarlos juntos con una cerveza en la mano, unas olivas como aperitivo y una sonrisa como mutuo intercambio de ese «yo también lo viví» que debería unirnos.

¡Nunca entenderé al mundo!

Los crêpes de Ada

Ada se despertó entre un sinnúmero de cajas algo desorientada. Tardó un rato en comprender que aquella era la habitación de su nuevo piso y con ello, que ahora era, por fin, independiente. Una oleada de buen humor la invadió y decidió ir a prepararle el desayuno a sus nuevas compañeras de piso.

Cuando Mel y Elly se despertaron, la casa entera olía a crêpes. Ambas dieron un brinco y salieron de sus respectivos cuartos para encontrarse en el pasillo y avanzar a la par en dirección a la cocina. Allí estaba Ada con una camiseta (3 o 4 tallas grande) de la selección española de baloncesto y una bandeja llena de ricos y apetecibles crepês. La cafetera comenzaba a sacar el café recién hecho y la mezcla de esos olores sedujo tanto a las antiguas inquilinas, que no pudieron evitar salir corriendo a darle un abrazo. Sin embargo lo más gracioso aún estaba por llegar:

- ¿Y esto? - Preguntó Elly con sonrisa galguera mirando el desayuno- ¡No es fiesta!
- Ehm.. bueno, primero, no creo que haga falta que sea fiesta para hacer crêpes - dijo guiñándole un ojo- y segundo, bueno... ayer me recibisteis muy bien y hoy me apetecía agradecéroslo, además ¡me he levantado de muy buen humor!
Mel no había perdido el tiempo y aprovechando la coyuntura se había dirigido al salón para poner en la minicadena una selección de las canciones - en su opinión- más geniales del rock. De esta manera, al ritmo del Highway to Hell de los AC/DC entró de nuevo en la cocina en el momento oportuno

- Además - añadió Ada ruborizandose- tengo un problemilla... ehm... tendréis que tener paciencia conmigo y, si es posible, enseñarme a cocinar porque, como nunca he vivido sola, sólo sé cocinar dulces

Melissa miró a Ella y comenzó a reir a carcajada limpia. Mientras Elly explicó:

- Perdónala, cuando llegó a esta casa dijo exactamente la misma frase que tú, tuve que enseñarle a cocinar y, lo cierto es que, como se descuide, ya cocina mejor que yo.
Ada también se echó a reír aliviada.

Y así tres mujeres, en pijama, desayunaron crêpes, a ritmo de los clásicos del rock ´roll, un viernes cualquiera, sin necesidad de que fuera fiesta, y con una sonrisa de oreja a oreja.

jueves, 20 de mayo de 2010

La llegada de Ada (II)


Ada llevaba una hora esperando en las escaleras de aquel portal antiguo de un barrio cualquiera de Madrid. Era asturiana de nacimiento, aunque lo cierto es que, en realidad, se consideraba ciudadana del mundo. Desde que tenía 5 años había conocido más mudanzas que personas y más barrios que bares ¡y eso que de bares sabía un poco!. No obstante mantenía la esperanza de que Madrid la acogiese con los brazos abiertos y, si bien era cierto que estaba empezando con mal pie, no se desanimaba, había demasiadas historias por conocer que, intuía que podrían curar las medias suelas de su corazón.

La puerta sonó y en el recibidor del portal apareció una joven con el pelo largo y castaño claro y los ojos azabaches más bonitos que había contemplado nunca; llevaba una minifalda escocesa, new rock de las de tacón de agujas y una camiseta bastante escotada que marcaba sus pronunciadas curvas dándole un gran aire de sofisticación y elegancia. No pudo evitar sonreír y sentir cierta envidia sana, pensaba saludar de pasada cuando Mel, ante su asombro, se dirigió a ella:

- Hola ¿Eres Ada?- Preguntó con una de esas sonrisas de Melissa que hacían que cualquiera sintiera simpatía hacia ella.
- Sí - Ada se quedó meditabunda ¿era su nueva compañera de piso o la conocía de algo?- ¿Eres Ella?
- No - dijo dirigiéndose al buzón con una etiqueta entre las manos que añadía un nombre a las integrantes del piso- Yo soy Melissa, siento muchísimo el retraso vengo de estar con mis padres, en la otra punta de Madrid, y perdí la noción del tiempo.
- No te preocupes- Ada sonrió también y se levantó del suelo acercándose a Melissa- ¡Encantada de conocerte!, por cierto tengo que decirte algo ¡Me corroe la envidia! ¿De dónde has sacado esas botas? ¡Son geniales!
Mel se ruborizó.
- ¡Gracias! ¡Eres un encanto! Son de una tienda de New Rock que hay en Fuencarral (en el centro de Madrid) cuando quieras te llevo, por cierto- dijo mientras sacaba unas llaves de colores con un llavero en el que ponía Madrid en letras rojas- Estas son tus llaves, y creo que, pese a que Ella pensó que sería llamativo el llavero te viene al pelo ¡y nunca mejor dicho! ¡Es un color genial!

Ada llevaba el pelo rojoanaranjado y algo alborotado. Tenía los ojos grandes y azules y su estilo era casi indefinible, supongo que andaba a medio camino entre la sofisticación de Melissa y la dejadez de Ella.

- ¿Sabes qué Melissa?- comentó mientras ambas subían las escaleras en dirección al piso- ¡Me encanta el llavero! y además tengo la sensación de que nos llevaremos bien
- ¡Yo también!- dijo Melissa mientras pensaba que aquella muchacha era preciosa y que además tenía buen gusto, seguro que podía llevársela de compras sin que se quejase tanto como Ely- Por cierto, ¡casi lo olvido! ¿No te darán miedo o alergia los gatos no?
- Son mis animales preferidos- Contestó sinceramente Ada
- ¡Entonces seguro que también te llevas bien con Kai!- y tras decir eso Melissa señaló la puerta- ¡Señorita haga usted los honores y sea bienvenida a su nueva morada!

miércoles, 19 de mayo de 2010

Mel, Sora y la llegada de Ada

Ahí estaba Melissa, teniendo la conversación de siempre con su madre, podría haber aportado nuevos argumentos, haber discutido con ella, pero sabía que hiciera lo que hiciese daba igual, tras la fachada de hipotética liberalidad de Sora, Mel sabía que había una mujer desconfiada y bastante clásica (aunque se negara a aceptarlo) y que, en cualquier caso, discutir con ella no tenía ningún sentido, seguía resultando más cómodo decirle lo que quería oír y continuar haciendo lo que le diera la real gana. Sin embargo, siempre se había preguntado, y no sólo por Sora (su madre) si no también por la sociedad en general ¿por qué tenían esa maldita afición de juzgar a la gente?, es decir, si ella conocía a un chico y dos semanas después quería pasar un fin de semana de mini vacaciones con él, o si ( en caso de que realmente le gustara) se lo tiraba en la cuarta o la quinta cita, por qué había gente que se creía capacitada para juzgarla como una puta o para decirle que aquello no estaba bien. ¿Qué seguridad daba conocer más tiempo a una persona?, su madre le había recriminado más de una vez que, mientras vivía en su casa (ahora que vivía con Ella esas conversaciones obviamente no tenían lugar) muchas veces se encerraba en su habitación a ver una peli o cualquier gilipollez con chicos (amigos o no) a los que apenas conocía. «¿Crees que tienes la suficiente confianza con ese chico como para encerrarte con él en tu habitación y dejar que se tumbe en tu cama contigo?» había dicho alguna vez Sora, momento en el que Mel se medio sonreía y pensaba «Madre, si tu supieras lo que he hecho en su cama...», pero bueno, dentro de lo que cabía, su madre era su madre y obviamente era de otra generación y de otra forma de pensar pero ¿y sus amigos?, algunos de ellos todavía alucinaban o eran propensos a juzgarla sólo por el hecho de que se lo hubiese tirado sin llevar meses y meses conociéndolo. ¡Aquello le resultaba estúpido! ¿acaso por saber de la existencia de una persona más meses algo garantizaba que el desastre no fuera mayor? ¡Sandeces! ¡Aquello no tenía ni pies ni cabeza! ¡El mundo estaba loco!

Cuando se percató su madre había acabado de hablar y la miraba espectante. Mel no había escuchado ni media palabra, sus pensamientos le habían resultado bastante más interesantes, sin embargo sabía de sobra lo que había dicho y cuál debía ser su frase: « No te preocupes madre, soy mayorcita y sé lo que me hago, sólo es un amigo» y con las mismas le dio dos besos y decidió marchar hacia su piso a contarle todo a Ella.

Al bajar las escaleras en dirección al portal para salir de una bendita vez de aquel edificio Melissa volvió a sentirse como cuando tenía los 18 recién cumplidos y pensó « ay madre, si tu supieras que me muero de ganas de dormir con él esta noche...» Cuando, por fín, salió a la calle la melodía de Gotta be Somebody de Nickelback comenzó a sonar, ¡la estaban llamando al móvil! descolgó el teléfono sin mirar quien era:

- ¡A las wenas de dios!
- ¡Mel Soy Ely! ¿te has acordado de estar en casa para recibir a la nueva?
- Mierda mierda mierda... ¡Espero que Ada sea una chica paciente! ¡Estoy saliendo de casa de mis padres aún me queda un trecho para llegar!
- ¡Por Dios Melissa, un día pierdes la cabeza! ¡Voy a llamarla para disculparnos! ¡VUELA!
- oído cocina, ¡Tu tampoco tardes!
- Ando en el tren llegando a Aranjuez, aún me queda un rato para llegar a Atocha y de allí al piso, así que ¡corre como alma que lleva el diablo!
- Si me llevase el diablo no correría, viendo lo visto, que seguro que Dios es tan criticón como mi madre
- Ok Mel, pues corre como si te estuviesen robando tu peluche preferido
- ¡Eso es muy cruel Ely! pero capto el mensaje. ¡Nos vemos! ¡Cambio y corto!
- Recibido

Mel llegó al metro picó y deseo, con todas su fuerzas, que Ada fuera una mujer paciente y de esas como Ely que jamás la juzgaba por acostarse con quien quisiera o pillarse por el primero que le llamase la atención.

lunes, 17 de mayo de 2010

...

y una vez más como siempre, lo único que puedo añadir son:

...

Tres puntos suspensivos.

Los ases de Melissa

A Melissa siempre le gustó tener un as bajo la manga (♣) y guardar una bala en la recámara. A fin de cuentas eso no era hacer trampas ¿o si? (=

Isi y su cumpleaños


Podría decir que viene del lugar donde nació Sabina pero que, para ser ciertos, ella mola más. Que sus ojos son de ciencia ficción y se escapó de un cuento. Que amo cada una de sus pecas, que sé como es su cara, despierta, triste, durmiendo, alegre y enfadada. Que me encanta la manera que tiene de decir aquello de que los zombies no tienen nada que hacer contra nosotras, que adoro su manía de hacerse los pearcings en el lado izquierdo. Que aprecio sobremanera cuando dice aquello de que ella no es bajita si no el mundo muy alto... ¡Pero valiente estupidez! porque a Isi me sobra decirle FELICIDADES para que entienda que eso significa, mañana te invito a una cerveza, mandamos por culo a mufasa y nos ponemos al día provocandote un ataque de risa de esos contagiosos que nos hacen aumentar la vida en al menos.... 10 años más.

(=
¡FELICIDADES!

domingo, 16 de mayo de 2010

Gracias por existir

¿Alguna vez habéis pensado en el amor? Yo sí. Muchas veces. Incluso cuando no quiero reconocerlo (porque soy el colmo del antiromanticismo) . Y hoy, como tantos otros días de mi vida, me he puesto a darle vueltas a ese gran concepto, para comprender que, yo ya he encontrado al amor de mi vida. Y me explicaré.

Veréis. Hoy estaba sola en casa. ¡Pocos fines de semana puedo decir eso con todas las consecuencias!; mi casa es un hervidero de gente, mis padres, mi cuñado, mi hermana, mis perros, vaya, que vivo realmente acompañada. Sin embargo, este fin de semana me he quedado sola por diversos motivos que no vienen a cuento. Y lo curioso ha sido que, después del primer sentimiento inicial de euforia, me sentí bastante sola (como Ella antes de que Melissa regresase), sin embargo, agarré el teléfono y llamé a mis amigos. Y disfruté. Volví a sentirme en casa. Porque lo cierto es que, no formo parte de ningún sitio y como canta Quique Gonzalez "En todas las ciudades me siento un habitante más" pero, cuando estoy con ellos, o cuando, aunque no estén, los siento cerca... es mágico porque noto como si una barrera protectora, una frontera de invencibilidad me rodease...

Hoy Llanis tiene la puñetera culpa de que me vaya a poner a estudiar a las 8 o las 9 de la noche teniendo mañana un examen y ¿sabéis lo sorprendente? ni siquiera está aquí. Me he puesto a ver «Sexo en NY» en contra de mis, por llamarlo de alguna manera, gustos- ya que lo cierto es que jamás le encontré la chispa a esa serie- pero como pronto estrenan la segunda peli y sé que le hará ilusión ir a verla, me he dicho ¡Voy a ver la primera, y vayamos juntas a la segunda!. Y, tiene gracia que una de esas pelis típicas moñas cuyo final conoces de sobra y en las que sabes que todo acabará bien, me haya hecho despertar de ese letargo en el que llevo sumida un par de meses notándome «fuera de lugar» y siendo como mis altavoces (que curiosamente sólo pueden estar en ON o en STANBY).

Estoy enamorada. ¡Muy enamorada! y el amor de mi vida no es un hombre o una mujer con la que intercambio palabras románticas y sexo. El amor de mi vida son unos amigos y no unos amigos cualquiera si no, ¡mis mejores amigos! y , sinceramente, eso me parece más mágico, importante, fantástico y emocionante de lo que jamás podría haberme parecido un amor de cuento de hadas.

Así que, bueno, esta carta sin sello en la que (como raras veces haré) me descubro sin medias tintas, sin segundos significados y sin barreras de protección que me libren de que el mundo me haga daño, va por ellos, incluso aquellos que ya son importantes y no he hecho más que empezarlos a conocer (porque lo importante no es desde cuando conoces a una persona si no cómo te sientes con ella) alguien dijo una vez que «cuando algo va bien es como si hubiese sido así siempre».

¡GRACIAS POR EXISTIR!

viernes, 14 de mayo de 2010

Ella y IPP

Ella dedujo que Maquiavelizarse a esas horas un viernes resultaba altamente maquiavélico y destructivo. T_____T, al menos hoy Liz seguía despierta haciendo de su maldita noche de estudio algo más agradable.

El año 2007...


Y sería injusto que no escribiera esto aquí...
Cuando ha sido la música la que me ha inspirado...
^^ Nunca olvidaré 2007
El año que fui a selectividad.
El año que tuve apendicitis.
El año que te conocí.
El año que me confirmé.
El año que dimos un conciertazo.
El año que fui al Auditorio Nacional a cantar.
El año que fui a Plaza.
El año que desperté.
El año que empezé a querer como lo hacen los locos.
El año en el que me dí cuenta de que siempre llegan trenes de última hora.
El año que me cree el fotolog.
El año que empecé a escribir de manera continuada.
El año que me quedé por primera vez a dormir en casa de una amiga.
El año en el que me convertí en Ayre.
El año en el que conocí a gente maravillosa.
El año en el que aprendí a dar abrazos.
El año en que decidí cambiar del bombardino a la tuba.
El año que me presenté a canto y lo aprobé.
El año que mejor recuerdo...

¿Y te preguntas porque te echo de menos? Porque echo de menos vivir...


Siempre tuya...



Ayre*

Verano del 2007

Hoy leí una frase curiosa «Todo comenzó el verano del 2007» y es cierto, quien soy ahora es resultado, especialmente, de todo lo que empezó aquel verano... aquel año... el de mis 17...Me invade un sentimiento similar a la nostalgia pero más compuesto de alegría cada vez que recuerdo aquellos días ya lejanos. Creo que nunca podré olvidarlos. Sin duda alguna, aquel fue un gran año...
Nel Cuore, Bailaré sobre tu tumba, Dragones, El tipo que no se cambia de camisa, las noches en el altozano, todos los viernes a las 5 en el mismo lugar, Rumbo al horizonte, De la mano, primer viaje a Madrid, Los baños del Starbucks, las gafas grandes del H&M, tus abrazos, Paris (montmatre le bateu mouches, Torre Eiffel, Arco del Triunfo...), brujas, bruselas, lylle, Douai, Gante, mi vieja guitarra, mi ampliada adicción al café y a sus besos. Gran vía y las luces de una ciudad que no duerme, Murcia con Ella, playa sin él, noches enteras en la azotea escuchando la brisa del mar y su voz... Existe un 16/09/06 imprescindible en mi vida que formó parte de otro comienzo esencial ... pero, sin duda, aquel 1 de Junio del 2007 vino acompañado de algo a lo que siempre llamare VIDA.

jueves, 13 de mayo de 2010

yo

Nunca supe sonreír enseñando los dientes...

Melissa y la gente

Nunca entendería a los hombres, y puede que tampoco la manera de actuar del 90% de la población humana. Habitualmente eso no le preocupaba, pero había veces, momentos como aquel, en los que deseaba fervientemente comprender un poco más de los actos ajenos. Nunca sabía cuando el mundo era amable y cuando, simplemente, jugaba con ella...

martes, 11 de mayo de 2010

Ella, café, estudios y bso

Ella estudiaba con bandas sonoras, una cachimba y un café. Aquella noche sonaba: El señor de los anillos. La cachimba era de menta y el café sólo y con sacarina (como tantas otras noches). La única diferencia sólo la sabía ella, pero os puedo asegurar que le robaba una sonrisa.

Descubrimiento

Ella volvía a casa, nerviosa, acelerada. Tenía mucho que estudiar, y sin embargo, no había podido contener las ganas de subir andando para disfrutar de lo que restaba de buen día... pronto llegaría el calor sofocante. Caminaba con la mente sumida en sus apuntes cuando de pronto se topó con una pareja que andaba discutiendo, ella gritaba histérica y él intentaba callarla de cualquier manera pero no parecía lograrlo. Justo en ese momento Ella se puso a reír y recordó la frase de ese extraño personajillo que últimamente animaba sus días «La mejor manera de quitar la histeria es con un beso»; curiosamente era lo que el chaval acababa de hacer, había callado a su chica con un beso y esta sonreía mientras le respondía ardientemente; no pudo entonces más que apartar su cerebro de los libros y pensar cómo sabría de sus labios una sonrisa, «Tendré que descubrirlo» dedujo y aceleró el paso para poder ponerse a estudiar y buscar la escusa perfecta para quedar con él y hacer su descubrimiento.

Miedo

Me da miedo despertarme y que te hayas desvanecido.
Estúpido ¿verdad? Pero ello no quita que sea cierto.

Altaïr y Ayre

Altaïr y Ayre eran la A cuadrada que más quebraderos de cabeza y sonrisas creaban a los de su alrededor. Alguna vez sus amigos se cuestionaron las veces que se podían olvidar del mundo en un solo día y lo infantiles que resultaban los dos. Sin embargo, en ellos, siempre hay poesía y siempre hay magia. Yo diría que era por eso que, aunque Melissa les viese poco, sin embargo, siempre los llevaba en sus pensamientos, y en algunas ocasiones, como con la luz del sur, aparecían en su mente sin mayor explicación que la de ser ellos.

Con el alma atada a tus talones...

Llevo el alma atada a tus talones,
llevo el fuego sellado en mi memoria,
pero el olvido, me recuerda,
el daño que nos hicimos a solas.

Y el tiempo me recuerda que fuiste eterno,
que te espero, que te esperé,
bajo el manto de las estrellas,
bajo tu sueño, mis riendas.

Quise controlar un huracán,
al controlar mis sentimientos,
quisiste dominar a un torbellino,
pero no lo olvides soy como el viento.

Y a pesar de querer desaparecer sigo existiendo,
a pesar de que te escondas te sigo alcanzando,
y aunque tu no me sientas, yo te siento,
perdida entre lo que sueño y lo que tú has deseado...
-Y recuerda...-le dijo el olvido al dolor.
-¿Qué?...
-No lo sé se me olvidó...

Mel, Altaïr y la luz del sur.

Foto (como la del ruta 66 hecha por mí): La luz del sur, un pequeño tuvo de pesca del Decathlon, recuerdo de Altaïr y de las noches en Alborea

Mel estaba sola en casa. Ella había ido a pasar la semana con su familia. Como ,por otra parte, resultaba lógico y razonable. Sin embargo, aquel era un día pésimo. Horrible, y aunque, no en vano, había intentado sonreír, con resultados muy positivos en varios momentos de la jornada, al llegar a casa el mundo se le había echado encima. Tenía mono de Ella, de uno de esos abrazos que daba ocasionalmente sólo cuando Mel más los necesitaba. Quería estar con alguien. Quien fuera... Pero la realidad era otra. La casa estaba vacía y ella se sentía completamente perdida... De pronto recordó la vieja historia de Iris y Altaïr. Se le pasaron por la mente miles de recuerdos y salió corriendo desde el sofá hasta su habitación. Abrió el armario. Hurgó en su vieja caja de zapatos (que llenaba con objetos que para ella eran importantes, aunque no tuviesen ningún valor reall) sacó un paquete de luces de pesca («similares a las de las discotecas de nochevieja»- pensó mientras reía recordando parte de una antigua conversación con Altair). Dobló con todas sus fuerzas el pequeño tubo y el líquido verde luminoso comenzó a iluminar la oscura estancia. Se tumbó en la cama y se quedó mirándolo hasta que se calmó y, por fín, pudo dormirse. Altaïr llevaba razón cuando dijo aquello de que si algún día se sentía sola, perdida, a oscuras... si encendía esa luz él estaría ahí, como la vez que durmieron en el río, como siempre que él, consciente o inconscientemente la había salvado. ¡Que reconfortante era aquella luz del sur pese a que hiciera eones que no sabía nada de su amigo!. Si mañana se acordaba probablemente agarraría el teléfono y le contaría la batallita de la luz y sus pensamientos.

lunes, 10 de mayo de 2010

Ruta 66

foto: 30 de agosto de 2009, Ruta 66 (Albacete) y mi querida inspiración y pulso.

La ruta 66, el viaje de costa a costa de Estados Unidos era hasta hace relativamente poco tiempo un viaje mítico, una aventura en coche que permitía atravesar Estados Unidos y conocer una gran número de Estados recorriendo paisajes inolvidables. Originalmente discurría desde Chicago (Illinois), a través Misuri, Kansas, Oklahoma, Texas, Nuevo México, Arizona y California, hasta finalizar en Los Ángeles con un recorrido total de 2,448 millas3 (3,939 km). Pero también es El Ruta 66 es un un bar histórico en Albacete donde se da cita el mejor Rock&Roll y gente estupenda. Ojalá pudiera teletransportarme

... puntos suspensivos...


¿Por qué diantre te echo tanto de menos hoy? Precisamente... HOY

Yo


Sí. Otra vez. Aquí estoy yo. sigo siendo adicta al café. Me sigue dando pánico y asco (a tiempos parciales) el amor. Sonrío sólo cuando me apetece, jamás por cumplir. No soy cariñosa de manera habitual, aunque puedo llegar a serlo, y sólo cuando lo sea te necesitaré a mi lado; puede que el resto del tiempo te bufe. No empujo mi vida, ella camina sola y jamás sigue mis órdenes mis planes o mis normas, es más testaruda que yo. Soy un gato, me gusta mi independencia. Tengo genio y puede, que cuando no entiendas por qué, sin motivo aparente, te bufe, te arañe... y hoy. Hoy he vuelto a descubrir, que tengo esa extraña costumbre de recordar instantes determinados en los momentos más inapropiados. Hoy mientras aprendía a conducir y debía centrarme me he puesto a recordar vega, altair, y aquel día en que cogí el coche por primera vez, había hielo, era de noche, nos encontrábamos en el circuito de velocidad y mi corazón casi se salió del pecho. Brillaban entonces las estrellas, creo que engalanadas como pocas veces las he vuelto a percibir. Pero sigo siendo yo. Sigo estando aquí. Y no puedes leer los posos de mi café, porque cuando te descuides habré borrado mis huellas con agua y mi futuro habrá vuelto a cambiar, convirtiéndose de nuevo en ese enigma cotidiano que me define.

Soy egoista, soberbia, descuidada, ADICTA AL CAFÉ, a las mentes y a determinados labios, me gusta el chocolate y jamás seré el tipo de mujer que los padres quieren para sus hijos. Soy un gato callejero o quizás una pantera. No intentes comprenderme puede que así consigamos llevarnos bien. Y Recuerda "me voy cuando quiera y cuando quiera te olvido" (aunque quizás ya sepas eso otro de que "sólo me iré cuando me lo pidas") y hoy, hoy tengo ganas de REÍR aunque esté siendo un pésimo día ( porque la risa y yo somos mejores con mayúsculas y acento- aunque en el yo no se escriba tilde).

Barreré para casa

Yucier decía en uno de sus textos: "Y pecaré de ególatra y narcisista, el más petulante y presuntuoso creído egoísta que habrás visto" , al leerlo pensé en mi misma y me dieron ganas de seguir diciendo eso de; beberé de mi poder y del poder que ejerzo en tus labios y de la fuerza que se que irradio que te obliga a acercarte a mi. Seguiré siendo egoista y "barreré para casa" mientras dejo que tú admires también ese yo que, sigue queriendo ser invisible.

Gracias Yuci... a veces tengo la sensación de que no tenemos pensamientos tan distintos.

Prólogo

1..
2...
3...
¿Qué importa? El prólogo nadie lo lee.
Comienza ya la verdadera historia...

sábado, 8 de mayo de 2010

Un buen día

Ella se sonrió... había llegado a casa medio moribunda pero el recuerdo de las conversaciones, los besos, y las risas de la mañana habían merecido la pena, incluso la tarde viendo el partido había sido especial. Había días que, simplemente, eran mágicos, aunque ahora le dolieran los ovarios y estuviese algo mareada. Todo daba igual, había sido un gran día y, bueno, mañana estaría mejor, y quizás pudiera invitarlo a un café, con azúcar y sin aliento. (=

jueves, 6 de mayo de 2010

Una semana...

Espero curarme de tí en unos días. Debo dejar de
fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible.
Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me
receto tiempo, abstinencia, soledad.

Te parece bien que te quiera nada más una semana?
No es mucho, mi es poco, es bastante. En una
semana se pueden reunir todas las palabras de amor
que se han pronunciado sobre la tierra y se les
puede prender fuego.
Te voy a calentar con esa
hoguera del amor quemado. Y también el silencio.
Porque las mejores palabras del amor están están entre dos
gentes que no se dicen nada.


Sólo quiero una semana para
entender las cosas. Porque esto es muy parecido a
estar saliendo de un manicomio para entrar a un
panteón.

Sabines


El hombre con sombrero y la mujer espiral

El hombre con sombrero y la mujer espiral existen, y a veces, sólo con eso, ya es suficiente para que uno se sienta parte de algo otra vez y ,aunque sólo sea por un instante, encuentre el impulso para avanzar y un motivo de peso para sonreír.

Contradicciones



Ódiame un poquito menos y yo jugaré a quererte un poco más. Aunque también cabe la opción de que al empezar a quererme yo vuelva a odiarte y todo de comienzo una vez más. Que ya sabes que a mi siempre me encantaron las contradicciones y como canta Despistaos mientras tú me recuerdas yo trataré de olvidarte.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Ella y el tabaco de Melissa

El día que conoció a Melissa ésta le pidió como favor personal que le guardase un cigarrillo de black devil de cereza en la funda de las gafas (que rara vez se ponía aunque las necesitaba para ver bien). Bastantes meses después Ella tuvo que usar las gafas para ponerse a estudiar, se encontró el cigarro de Melissa y se lo devolvió. Desde entonces la funda y las propias gafas no han dejado de oler a la cereza de aquel tabaco, lo cual tiene gracia porque Mel nunca volvió a fumar black devil de cereza ya que se pasó al de chocolate. Sin embargo, aún hoy, años después, ese tabaco le sigue recordando a Melissa, le sigue oliendo a primera vez. (=

Conducir


- ¿Qué tal la primera clase en tu amado Audi?
- Estresante, desesperante, agobiante... Hoy admiro, que digo admiro, venero, a todo aquel que conduce decentemente.
- jajajaja, venga ya ¡Tampoco es para tanto!
- Intermitente, embrague primera, embrague, frena, ¡no sueltes el dichoso embrague!... ¡Pero quién coño inventó el puñetero embrague de los huevos y los intermitentes a los lados! Con lo fácil que sería acelerador y freno...
- Vamos que tú lo de coger el coche lo vas a llevar mal
- ¿Pero qué dices loca? ¡Es genial, electrizante, y además libera adrenalina! ¡Estoy deseando cogerle el tranquillo!
- Desde luego... A ti no hay quién te entienda...¡Que tiemble Madrid!

martes, 4 de mayo de 2010

No concebía una manera mejor de comenzar el día


A Melissa le gustaba tanto sonreír que, a veces, sin motivo ninguno se calzaba su nariz de payasa, real o imaginaria, y le daba al mundo un motivo para reírse a carcajada limpia. Hoy, como tantos otros días, había llegado de madrugada y no había conseguido conciliar el sueño, así que, en cuanto fue de día, salió con el pelo aún mojado de la ducha para darle una sorpresa a su compañera de piso que, en su opinión, últimamente andaba muy mustia, y una vez preparado todo se fue a dormir, consiguiendo, esta vez, conciliar el sueño.
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Ella se levantó algo más tarde de lo habitual. ¡Las 10 de la mañana!, bueno... tampoco era tan grave. Seguro que Melissa seguía durmiendo. Habría llegado al amanecer, como de costumbre, y esta noche tendría otra historia de amantes fogosos que contarle (si es que no se volvía a ir... que con ella, nunca se sabía). Salió al pasillo y, cual fue su sorpresa al encontrar un pos-it que rezaba «Sígueme» y en él había una flecha. ¡Ea!- Se dijo- habrá que seguirlo.

El primero de los pos-it llevaba al baño, en él había ¡una rosa blanca! sus preferidas y otro pos-it que ponía «¡si quieres quedártela quítate una prenda» ¡maldita sea! Melissa la conocía bien, sabía que se quitaría lo que fuera por esa rosa. Así que se quitó la sudadera y al dejarla encontró otro pos-it que decía «A la cocina»...¿Todavía hay más?- pensó. Pero ya, no pudo evitarlo, había entrado en el juego de Melissa y le picaba la curiosidad. Al llegar a la cocina encontró un café del Starbucks (aún caliente) y otro pos-it diciendo que se quitara otra prenda y fuese al salón. En la salita de estar le esperaba una nariz de payaso y un "venga mujer, decide ¡sujetador o culot! ¡sé que ya te pica la curiosidad! ¿no quieres saber qué hay al final?". Mierda- se dijo para si misma- Melissa estaba loca, pero llevaba razón... iba a acabar medio en bolas para poder entender qué habría al final. Suerte que no tenían más compañeros de piso- pensó justo antes de quitarse el sujetador y tarparse con los brazos como bien pudo. No sabía cómo lo había pasado por alto, pero al dejar el sujetador encontró el posit que decía "Sigueme, es la últma prueba" y una flecha que salía directamente a la terraza. ¿¡A la terraza!? ¿¡En culot!? ¡Melissa estaba loca! pero su curiosidad era más grande que su pudor, así que tapándose como pudo, abrió las puertas de la terraza y salió a la misma. Las 11 de la mañana, Madrid. Un segundo piso. Un par de chicos mirándola y babeando. Un par de mujeres escandalizadas. Y en la terraza en la esquina que no se veía desde el salón, un ramo de flores, y un paquete envuelto con una carta encima... ¡Maldita sea y ahora como coño lo cogía sin que la viesen desde fuera! ¡Bien podía merecer la pena!- reflexionó, recreando la charla que le daría si no a Melissa (aunque bueno, más tonta había sido Ella siguiendole el juego). Encontró la manera de ponerse de espaldas a la calle y tapar su perfil entre el ramo de flores y la pared de tal manera que podía utilizar sus manos. dejo la carta para lo último (porque además ponía) "Leeme al final" y abrió el paquete. Eran los Cascos de 145 € que llevaba persiguiendo meses pero que aún no se había podido permitir. Estaba eufórica, tanto que incluso se le había olvidado que llevaba puesta una nariz de payaso y andaba en la terraza sin sujetador, abrió la carta y encontró una foto de Melissa partiéndose de risa sujetando un cartel que decía "Nunca estás desnuda con una sonrisa...¡Que no se te olvide sonreír!" Ella se carcajeo (tan fuerte que despertó a Mel que se quedó esperando en su habitación sabiendo cual era el resultado de su jugada). En menos de lo que canta un gallo Ella apareció semidesnuda en la habitación de Melissa, con los auriculares puestos, la nariz de payaso puesta, el ramo de flores en la mano y una sonrisa de oreja a oreja y la abrazó. ¡Melissa no concebía una manera mejor de comenzar el día!

lunes, 3 de mayo de 2010

¿cambiaría algo?

- Y tú Mel ¿Cambiarías algo de tu vida?

Que si cambiaría algo de su vida...¡Claro que lo cambiaría!, ¡Cambiaría tantas cosas!, para empezar dejaría de fumar, odiaba el olor del tabaco, sin embargo, no sabía despegarse de él, era tan relajante, cambiaría los colores de su habitación y, de paso, de su vida. Puestos a cambiar cosas también podía cambiar su manera de desafinar en la ducha, y esa estúpida costumbre de quedarse embobada ante las luces de colores (sin ni siquiera poder evitarlo), cambiaría las noches de insomnio por noches de compañía, y ese desorden suyo por esa forma de ser metódica que tenía Ella. Ya que se ponía podría bajar algunos kilos, y que sus ojos fueran más grandes. Pero... todo aquello no era nada, porque sabía que podía vivir tranquila y orgullosa sin cambiarlo. Sin embargo, había un cambio, un sólo y único cambio que llevaría a cabo sin dudarlo...Tenía que haberle dicho en su momento que le amaba, que aquella fachada de chica dura sólo era eso, fachada, que las noches en la parte trasera de su coche eran algo más que sexo por que sí, y que dormir abrazada a él la devolvía a la vida. Cambiaría todas las noches de fiesta por una noche en sus labios, y todo el oro del mundo e incluso sus amadas New Rock por seguir siendo la niña de sus ojos, ya no recordaba cuando tiempo llevaba amándole pero, sin duda, mucho más del que ella se atrevía a recordar... tenía que haberle dicho que le amaba en su momento. En aquel primer instante en que se dio cuenta de lo que él despertaba en su interior...

- ¡Mel! ¡Te he hecho una pregunta!
-¿eh? - Respondió saliendo de su ensimismamiento
- ¿Qué si cambiarías algo de tu vida? - Dijo Ella espectante
Melissa se lo pensó durante unos segundos. Ya no podía hacer nada al respecto. Las cosas habían seguido su rumbo y ya no habría más días de pasión, de amor o de magia...
- ¡No!
- ¿No?
- ¡Claro que no! ¡Si cambiase algo dejaría de ser tan encantadoramente rara! - Dijo mientras sonreía despreocupada finjiendo como nunca. Ojalá Ella no se diera cuenta... Ojalá...
- Desde luego Mel ¡Tú no tienes abuela! ¡Ni remedio!

Y ambas comenzaron a reir...

domingo, 2 de mayo de 2010

No me hacen falta motivos...

Sí. Yo también me sé la frase de "mi madre es la mejor del mundo" y sé que queda bonita acompañada de su foto y puesta en el fotolog. Pero no. Yo no pondré su foto ni esa frase porque no quiero que quede bonito, quiero que quede cierto. Que mi madre es real, y nunca usó conmigo frases de escaparate.

Por eso yo no os diré eso de que nunca he sabido valorarla, y eso otro de que es la mejor mujer del planeta. No. Yo os diré que es la mejor madre que yo podría tener, porque es la mía y gracias a ella estoy aquí, y también que se que no es perfecta.

Os diré aquello de que consigue sacarme de quicio y erizarme el pelo al pronunciar mi nombre completo porque sé que cuando lo hace va seguido de bronca, que grita demasiado y que, a menudo, es algo perezosa, y además es la única que sabe cuando ha de comprar un litro de helado y sentarse conmigo ,sin preguntar que me ocurre, a ver una peli en el sofá porque sabe que estoy triste, y que conoce el momento justo en el que darme un abrazo y decirme lo mucho que me quiere. Que es la única que ha visto mis malos despertares y nunca se ha asustado, que siempre tiene solución para todo y ha reído escuchando una y otra vez los mismos chistes. Y, también, que entiendo que se haga de querer, y no sólo por sus paellas de los domingos, si no por su personalidad extrovertida y alegre.

Que sí, que yo también sé eso de que sus miradas hacen parecer que el cielo azul claro de un día de verano se ha volcado en sus ojos. Y que bueno, defectos tenemos todos pero ella siempre está ahí para aguantarlos, criticarlos o hacerlos especiales.

Que todos tenemos madre, vaya. Pero a mí no me hacía falta que hoy fuera su día para colarme a hurtadillas en su cama (cuando mi padre ya no está) y quedarme dormida acurrucada a su lado para que, al despertarse, se ría y diga aquello de «siempre serás mi enana aunque seas grande»