viernes, 21 de mayo de 2010

El primer viernes noche

Melissa, Ada y Ella habían decidido no salir de fiesta para poder ayudar a Ada a colocar todo lo que había en sus cajas. Que, aunque, en realidad, parecía más de lo que era, había llevado toda la tarde y parte de la noche. Cuando por fin quedó todo en su sitio, las tres asintieron por el trabajo bien hecho y destaparon una de las botellas de sidrina (sidra casera asturiana) que Ada llevaba en una de las cajas, para celebrarlo, escanciaron en una copa de coñac y se sentaron en el sofá. Elly no tardó en irse a dormir, Mel, sin embargo, era un ser nocturno así que aún le quedaba día por delante.

- Mel... ¿puedo hacerte una pregunta?- dijo Ada con aire preocupado
- ¿eh?, ¡ah!, si, ¡claro cielete! - afirmó mientras bajaba el volumen de la tv para enterarse bien de lo que Ada dijera
- ¿He hecho algo malo para poner a Ella triste?- dijo soltando las palabras como si fueran losas pesadas que le oprimían el pecho

Melisa sonrío amargamente.

- Veras Ada, Elly es una mujer muy reservada, pero no tiene nada contra ti ni le has hecho nada malo. Lo que ocurre es que, verás, hace cuatro o cinco meses tú habitación perteneció a otra persona, alguien a quien Elly amó con todas sus fuerzas y con quien las cosas, por diversos motivos, no salieron bien. Desde que él se fue, Ella no ha vuelto a entrar en el cuarto hasta hoy para ayudarnos a recoger tus cajas, por eso estaba tan ausente. No se lo tomes en cuenta, es una gran mujer y además ¡muy divertida cuando se suelta!
- ¡oh vaya!, ¡Lo siento mucho! yo... si lo llego a saber.... lo siento mucho
- ¡Ei pequeña! ¡ No digas tonterías! Aunque no te lo creas llenar la habitación con tus cosas ha sido como una terapia para las dos. ¡Al fin se han ido los fantasmas de esta casa que ya era hora!, además, entre nosotras- dijo acercándose a su oido- ¡tú tienes mejor gusto decorando!

Ambas se sonrieron. Pero Ada aún tenía una pregunta más:

- Mely...¡Siento ser pesada! pero... ¿Puedo hacerte otra pregunta?
Melissa la miró desenfadada, aquella muchacha era amor, no había maldad en sus preguntas, ni siquiera cotilleo, lo único que quería era que Elly no estuviese triste, lo cual le recordó mucho a si misma hacía ya varios años cuando conoció a Ella ya que había tenido la misma sensación de culpa y, al mismo tiempo, de necesidad de protegerla.
- ¡Claro señorita Crêpes! ¡Pregunta cuanto quieras! ¡Eres bastante más interesante que la maldita programación de la Tv! ¡Creo que ya sé porque salgo de fiesta todas las noches!
Ada volvió a sonreir y se aventuró a lanzar la pregunta:
- El golpe que hay en la pared cerca de la ventana...¿lo hizo él?
A Melissa se le ensombreció el rostro.
- Sí
- ¿Crees que Ella se molestaría si lo arreglo a mi manera?
- Lo dudo. ¿Tienes pensado algo?
- Lo cierto es que sí.
- Entonces hazlo. Le vendrán bien unos cuantos cambios a esta casa.
- ¡Muchas Gracias Mel! - Dijo Ada con entusiasmo y se levantó y se fue para la habitación casi corriendo
- ¡OYE ADA! - dijo Mel mientras Ada salia del salón
Ada regresó
- ¿si?- preguntó intrigada
- ¿Te puedo hacer un par de preguntas?
- ¡Claro! - Ada tenía en todo momento tanto entusiasmo que parecía que era imposible verla cansada o de mal humor
- Es curioso me has preguntado si el golpe fue resultado de lo que hizo Él pero no has insistido en el tema ¿por qué? y... ¿Cuánto tiempo pretendes quedare en Madrid?
- Pues... En cuanto a lo primero, creo que no soy quién para meterme en vidas ajenas, lo único que necesitaba saber era si podía repararlo a mi manera y ya he obtenido mi respuesta - dijo guiñándole un ojo- En cuanto a lo segundo, quiero empezar a hacer enfermería a partir de septiembre y encontrar trabajo así que , si no os molesta, ¡me gustaría quedarme bastante!

Melissa no cabía en si misma de alegría, aquella mujer no sólo no era cotilla si no que además era respetuosa y pensaba quedarse y parecía positiva y feliz ¡Era lo que necesitaba aquella casa por encima de todas las cosas!
- Pequeña, no sabes lo que me alegra oír eso... ¡no te haces una idea!
- ¡GRACIAS! - Ada se acercó, le dio un par de besos de buenas noches y salió corriendo hacia su habitación, tenía pensada una gran reparación y no dormiría hasta haberla terminado.

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