domingo, 2 de mayo de 2010

No me hacen falta motivos...

Sí. Yo también me sé la frase de "mi madre es la mejor del mundo" y sé que queda bonita acompañada de su foto y puesta en el fotolog. Pero no. Yo no pondré su foto ni esa frase porque no quiero que quede bonito, quiero que quede cierto. Que mi madre es real, y nunca usó conmigo frases de escaparate.

Por eso yo no os diré eso de que nunca he sabido valorarla, y eso otro de que es la mejor mujer del planeta. No. Yo os diré que es la mejor madre que yo podría tener, porque es la mía y gracias a ella estoy aquí, y también que se que no es perfecta.

Os diré aquello de que consigue sacarme de quicio y erizarme el pelo al pronunciar mi nombre completo porque sé que cuando lo hace va seguido de bronca, que grita demasiado y que, a menudo, es algo perezosa, y además es la única que sabe cuando ha de comprar un litro de helado y sentarse conmigo ,sin preguntar que me ocurre, a ver una peli en el sofá porque sabe que estoy triste, y que conoce el momento justo en el que darme un abrazo y decirme lo mucho que me quiere. Que es la única que ha visto mis malos despertares y nunca se ha asustado, que siempre tiene solución para todo y ha reído escuchando una y otra vez los mismos chistes. Y, también, que entiendo que se haga de querer, y no sólo por sus paellas de los domingos, si no por su personalidad extrovertida y alegre.

Que sí, que yo también sé eso de que sus miradas hacen parecer que el cielo azul claro de un día de verano se ha volcado en sus ojos. Y que bueno, defectos tenemos todos pero ella siempre está ahí para aguantarlos, criticarlos o hacerlos especiales.

Que todos tenemos madre, vaya. Pero a mí no me hacía falta que hoy fuera su día para colarme a hurtadillas en su cama (cuando mi padre ya no está) y quedarme dormida acurrucada a su lado para que, al despertarse, se ría y diga aquello de «siempre serás mi enana aunque seas grande»

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