viernes, 21 de mayo de 2010

Recuerdos

Me pregunto cómo es posible que alguien que ha significado mucho para nosotros en un determinado momento de nuestra vida y con el cual hemos compartido bastantes años que ya no volverán puede desaparecer de ella con la misma facilidad con la que una veleta cambia su orientación de norte a sur. Yo nunca he sabido olvidar de esa manera y, a menudo se me vienen personas a la mente que dudo mucho que, a estas alturas, se acuerden si quiera de que existo, no ya sólo porque sus vidas han continuado por caminos diferentes a los míos (que ello no implica el olvido) si no por su actitud para conmigo o para con el resto de la humanidad. Y en días como hoy, días en los que, sin ningún motivo me acuerdo de alguno de ellos, me da lástima ver algunas fotos y pensar en que no sólo esos días nunca volverán si no que es harto probable que jamás volvamos a recordarlos juntos con una cerveza en la mano, unas olivas como aperitivo y una sonrisa como mutuo intercambio de ese «yo también lo viví» que debería unirnos.

¡Nunca entenderé al mundo!

No hay comentarios: