miércoles, 25 de abril de 2012

Con aquel fantasma pasado nunca supo ni no encendía el cigarro por voluntad o lo hacía por no recordar su cara de decepción.

Con él sabe que la calada de muerte recorriendo sus labios, sus pulmones y más tarde regresando al mundo es posible siempre que la necesite y aunque a veces le hace falta , ya no se muere de ganas ni se pregunta quién es. Desde aquel día comprendió la diferencia entre poder y no querer y querer y no poder.

Ahora era libre