jueves, 3 de julio de 2008

Humo y palabras


Aún me pregunto, mientras planeo un ataque estúpido contra mi cuerpo como venganza por parte de mi razón para mi corazón, cómo lo he hecho. Cómo, de entre todas las opciones posibles, elegí la peor. Se trata, sin duda alguna, de una especie de radar situado entre los ojos, el cerebro y el organo bombeador, que me nubla la vista, y me ciega. Elijo, por suerte o por destino, de entre todos los posibles, el único imposible, y después sonrío, sin entender la razón.

Dando tumbos de un lado a otro, planeando mi venganza, atropeyando a mi alma, y arrancandome el corazón, así voy yo por la vida.

A medida que avanza julio hace más calor y sin embargo creo que yo siento frío, estoy congelada...

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