lunes, 19 de abril de 2010

La respuesta (II)

Le miró por última vez, parecía que iba a gritar colérica, pero sólo hubo un incómodo silencio que rompió finalmente con un portazo de salida.

Sabía que no volvería a verla. Sin embargo si se había ido era porque aquello sólo se podía haber prolongado un tiempo más o menos largo, pero jamás indefinido. No podía ofrecer más, lo suyo no eran los hipócritas cuentos de hadas o , tal vez, él no era normal, en cualquier caso no tenía sentido alargar lo inevitable. Ahora tocaba, simplemente, sobrevivir. Quizás algún día apareciese una mujer tan excéntrica como él. Hasta entonces... mejor evitar daños colaterales y malos entendidos irreparables. Y si no existía, iba siendo hora de acostumbrarse a la soledad.


No hay comentarios: