Si acaso el Hombre con Sombrero formase parte de un libro, probablemente sería de ese tipo de personajes que se encuentran a medio camino entre un héroe y un villano, y sin los cuales, la historia perdería todo el sentido. Sin embargo, al terminar, el lector se quedaría con la sensación (similar a lo que yo pienso cada vez que nos despedimos) de que le faltan páginas que alguien, sigiloso, se llevó mientras dormía o que el propio autor omitió voluntariamente para recubrirlo de ese halo especial que lo vuelve mágico.
Además y como dato singular, he de proclamar que hoy le vi guardar un sombrero, lo cual, de habérselo puesto, le hubiese otorgado la figura que le da nombre. Y es que nuestro querido y extraño personaje es digno de ese intrigante pero satisfactorio «Continuará» a final de página, en la última hoja de un gran libro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario