jueves, 22 de abril de 2010

Sin corazón pero con pulmones

Cuántas veces había deseado poder fumarse sus miedos y después deshacerse de ellos con la misma facilidad con la que se tiraban las cajetillas gastadas de tabaco. Luego lo pensaba bien y llegaba a la conclusión de que el humo de aquellos cigarros de inseguridad habría acabado ya con sus pulmones, así que deducía que mejor que aquellos fantasmas se mantuvieran donde estaban. Al parecer se podía vivir «sin corazón» pero no sin pulmones...

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