viernes, 2 de abril de 2010

Hoy le echo de menos

Al hombre con sombrero, nunca le he visto con un sombrero. Le llamo así porque bien pudiera llevarlo sin desentonar, como los viejos actores de las películas en blanco y negro. Tiene la mirada perdida, y en alguna ocasión resulta huraño y taciturno. Sé a ciencia cierta que se escapó de mis sueños y por eso le tengo una especial estima y mucha admiración. Sin embargo, apenas lo conozco. Sus miradas le delatan (aunque él nunca entienda por qué lo digo), y parece que los labios le pesan a la hora de sonreír ¡será por eso que su risa vale tanto!

El hombre con sombrero es un amante de la música, y escucha grupos muy raros. Su mente está clasificada y ordenada como en un archivo de biblioteca. Conoce mundo, aunque nunca el suficiente, porque si pudiera estaría en todas partes. Y no aprecia demasiado las descripciones como esta porque le quitan el encanto a la vida.

No sabría explicar muy bien por qué pero hoy le echo de menos. Y es que, en ocasiones, sólo puede salvarme el hombre con sombrero (aunque nunca lo lleve puesto)

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