lunes, 19 de julio de 2010

A tomar por culo y sueños rotos



Melissa lo tenía muy claro, un día cogería sus zapatos, su lencería más fina y se largaría pisando fuerte, cagando leches y a tomar por culo. Total nadie echaría de menos a la mala de la peli ¿o quizás si?

La verdad es que aquella noche le daba igual, antes de que la cordura le ganara la partida ella estaría cerrando los bares con una botella de bourbon y doscientos sueños nuevos que fracturar en mil pedazos antes del amanecer, por cuenta propia o sumados a la cuenta de las decepciones ajenas.

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