lunes, 4 de octubre de 2010

Se lo propuso cientos de veces...¡miles!

Se propuso escribir cientos... ¡miles de veces!, pero nunca tenía el valor o la inspiración suficiente. Simplemente, dejó que pasase el tiempo, que llegasen las lluvias y el otoño se vistiera de ocres haciendo, por fin, acto de presencia. Cambió los muebles de su habitación, pintó cada una de las paredes de una tonalidad diferente de azul y dejó que el suelo y el techo siguieran tan blancos como siempre y un buen día se despertó, miró por la ventana y comenzó a escribir. No había recuperado la inspiración y, desde luego, su escrito fue algo pobre, pero era breve y conciso:

Tú, yo. Este fin de semana. Desconectar del mundo en: Toledo, Aranjuez, La sierra ¡dónde quieras! el paraiso nos queda a tiro de Renfe.

Lo selló. Lo mandó y ahora espera respuesta.
Se había propuesto escribir cientos de veces, ¡miles!, y jamás imaginó que fuera tan simple decir: Te quiero

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