lunes, 9 de agosto de 2010

Tú y yo


Tú y yo. Yo y tú. Mis manos recorriendo tu espalda hasta llegar a tu centro desde donde te controlo y te miro con cara burlona mientras tus labios dejan escapar un gemido furtivo. Yo y tú. Tú y yo. Noto como me vistes con un traje de besos desde mi volcán más profundo hasta llegar al océano de mi boca mientras tus manos coronan la cima de mis senos. Aire entrecortado, escalofríos, me dejo vencer por la necesidad de encontrarte y cabalgo contigo en busca de ese 7º cielo al que llaman orgasmo, pero no es un viaje monótono, hay curvas: las tuyas y las mías, las de la cama, la pared y el mostrador de la cocina... No hay lugar que se salve de nuestra pasión, te siento, y del mismo modo que el mar al chocar contra la costa devuelvo violenta y juguetona cada uno de tus movimientos, primero más lentos después más violentos: sedientos... si. Sedientos. Tengo sed de ti del agua de cuerpo, de nuestros choques de titanes acompasándose en un mismo latido: el nuestro... hasta que de pronto ocurre. Fuegos artificiales y el final de nuestra función privada. Se cierra el telón y dejo de oponer resistencia, creo que puedo tocar el cielo con la punta de mis dedos, dedos que recorren todo tu cuerpo, grito en silencio, palidezco, te araño y finalmente descansamos... Me abrazas, te beso... ¡Cuánto te he echado de menos!

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