jueves, 18 de abril de 2013

La historia

"Voy a contarte una historia" Le dijo Melissa a Ada.

Y comenzó:

«Sólo hay dos opciones»- dijo aquel personaje sosteniendo su mirada.
Cerró la puerta y, mientras lo hacía, dejó caer una lágrima de su rostro que, furtiva y llena de sentimiento, se precipitó contra el suelo. Le hubiera gustado que aquello no sonara tan definitivo, que no se acabara tan pronto, que no muriese antes de empezar.
Respiró profundamente, como si tratase de liberar de su mente cada idea, cada recuerdo, instante o pensamiento. Sé que querría haberse desmayado para no sentir esa quemazón que subía desde la garganta hasta sus ojos, ahora las lágrimas brotaban hacia dentro, se sentía vacía, apunto de desvanecerse, como si el mundo se hubiera roto. No quería decir adiós, pero tampoco quería abrir todas las barreras. Aquel era un sentimiento esofágico, uno de esos sentimientos que no empiezan en la boca del estómago si no algo más arriba, uno de esos que se tienen sólo cuando algo verdaderamente te importa, cuando merece realmente la pena.
Aquella historia, por lo visto era  blanca o negra. No tenía matices de gris. Un gris que, sin embargo, sí existía para ella y que durante la oscuridad de un instante efímero y eterno le había devuelto ciertos alicientes al mundo, cierta magia, que creía extinta.

 Melissa miró a Ada que la observava con cara de preocupación: "Me gustaría decir que todo era sencillo, que había un camino correcto y otro equivocado, que Ella, en esta ocasión podría salir airosa, pero no era así. No era fácil, nunca lo había sido".

Hubiera matado por un black devil en aquella ocasión y mira que no fumaba. Eso era, un cigarro. Si aquella historia pudiera haberse definido de algún modo sería así, una llama que lentamente consume todo mientras libera un sentimiento, un olor y un recuerdo que resultan agradables, que no queremos que se acaben y que si perseguimos acabaran matándonos pero, al mismo tiempo, devolviéndonos la vida "de algo hay que morir". 
Sólo habían dos opciones, y para ella, no eran las mismas. En su mundo sólo podía explicarle su gris y tratar de que lo comprendiese y lo aceptase o, simplemente, dejar que se consumiera. Como "para la última opción siempre había tiempo" trataría de explicarle los matices de su gris y si, sólo si, no era posible que los concibiese entonces y sólo entonces dejaría que aquello acabase como siempre pensó, como nunca quiso, con un adiós que sonaba a "África- Toto"
Y es que Ella comprendió hace tiempo que la vida no era mejor o peor, sólo tenía más o menos alicientes, y perderse aquella historia desde luego sería perder uno de los mayores alicientes que se había encontrado, pero si no quedaba otra opción lo quedaría más remedio que aceptarlo.
Ada miró a Melissa perpleja. 
-¿Y que pasó?- preguntó rompiendo un silencio que Mel parecía haber dejado expresamente para eso.
- No te voy a mentir, aún no tengo ni idea, tendrás que preguntarselo a Ella. Dicho lo cual cogió su bolso y se puso a retocarse el maquillaje antes de marcharse. 
- Mel...¿Qué crees que pasará?- Dijo entonces Ada
- Me gustaría decirte que comprenderá su gris y seguirán escribiendo una historia épica y peculiar, pero lo cierto es que tengo la sensación de que en esta ocasión sólo existe blanco y negro y que, en cualquiera de los casos, Ella saldrá perdiendo pues se quedará sin el gris.

Cerró la puerta tras de sí y dejó en la casa cierto vacío,cierta tensión teñida de esperanza y de miedo.

- Ojalá te equivoques- Dijo Ada- Ojalá aquel personaje vea el gris.



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