miércoles, 11 de mayo de 2011

La mujer espiral y el hombre con sombrero

La mujer espiral siempre ha hecho magia con las palabras y los gestos. Es inocente desde los pelos de su cabeza hasta la suela de los zapatos que lleve puestos. Una vez fue salvada por el hombre con sombrero, pero creo que, aunque no lo sepa (como la canción de Quique González) ella también lo salvo sin saberlo.

La mujer espiral vive a caballo entre Madrid y Toledo, las noches frías en que me siento perdida, siempre acaba dando señales de vida y recoge los pedacitos que quedan de mi para volverlos a montar con cariño. No suele juzgar a la gente y una vez me dijo que me admiraba aunque, de todas las cosas que me han dicho, esa resulta la más paradójica ya que es ella la que genera admiración en mi.

La mujer espiral y el hombre con sombrero podrían ser personajes de libros, de películas o de cuentos, pero son los personajes de mi día a día y de mis mejores momentos. Que os voy a decir que no podáis imaginar después de esto... La mujer espiral y el hombre con sombrero son dos grandes personas de esas a las que uno quiere sin darse cuenta, de esas que no abundan, de esas que uno sabe que no debe dejar escapar y hoy me apetecía decirlo en "voz alta". Porque sí, porque son muy grandes.

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