Llevaba tiempo intentando aprender cómo funcionaban las personas. No es que Ella no fuera humana, entendedme, era una persona como cualquier otra, pero las relaciones sociales nunca fueron lo suyo y lo cierto es que cada día comprendía menos como funcionaban las uniones entre amigos o parejas, cada una era de una manera y parecía imposible que cuatro relaciones se basasen en lo mismo. Dos aún era posible, pero cuatro... cuatro ya era otra cosa y ¿cómo iba a sacar un patrón de todo si no había una regla básica?
Se tomó un café, miró por la ventana de la cocina, bajo ella: los coches, los viandantes, los primeros camiones llevando los primeros periódicos a los kioscos, era temprano, aún no había terminado de amanecer, y ella tenía que irse a la facultad. Suspiró y mientras acababa el café pensó que las relaciones con los animales y los seres unicelulares microscópicos le parecían mucho más sencillas, quizás por eso se hacía bióloga.
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