viernes, 24 de abril de 2015

Temamos la ira del hombre manso.

Melissa cogió su bolígrafo negro preferido, llevaba algunas calaveras pintadas a lo largo del mismo y acababa en un pequeño murciélago, estaba nerviosa y el pulso le temblaba. Encendió un black devil y comenzó aquella carta de destinatario masivo.

A todos aquellos que usáis la expresión "es que ya sabes como es"o es que "él/ella es así": 
¡Ya basta! no sé si sois ciegos o tan sólo algo lentos, pero ya vale de empatizar con aquellos a los que les cuesta un abismo ver más allá de su ombligo a costa de quienes sí se preocupan por los demás. Al final lo que conseguís con vuestra actitud hacia aquellos que verdaderamente os quieren en detrimento de quienes están demasiado ocupados en sentirse orgullosos de haberse conocido a si mismos, es que la gente buena termine haciendo cosas malas o, simplemente, acabe importándoles menos que nada lo que hagáis con vuestras vidas. 
¿Cuántas veces habéis oido eso de "no digas eso que es que ya sabes como es y..." o "no se lo tengas en cuenta es que él/ella es así"? Yo demasiadas y, la verdad ya estoy un poquito hasta las mismísimas narices (por decir algo bien sonante).
Muy bien, esa persona es "Así" y qué ¿yo no puedo ser "asá"? ¿o qué pasa que su ser "así" está por encima de cualquier actitud de los demás? Parece como si que una persona fuese de un modo justificase sus malas actuaciones. Mira majo (y a partir de este momento utilizo el masculino como plural que es como se usa en este idioma) si tu ser "así" implica hacer cosas egoístas, pueriles, tiránicas y de niño mimado, creo que ya es hora de que cambies un "así" por un "asó" o "asá" ¿no? Ya es hora que dejemos de pedirle a la gente buena que ceda y aguante las actitudes inaceptables de la gente con la excusa de "es que son así". Pues si son así ¡¡que cambien ostias!! que todos tuvimos que descubrir en algún  momento de nuestras vidas que no siempre se podía hacer lo que nosotros quisiéramos, deseásemos o pensaramos y que montar un espectáculo, una pataleta o, como diría mi abuela, liar la de Dios es Cristo no servía para nada cuando nuestro comportamiento era inadecuado. Es más, lo único que podía traernos esa actitud agresiva era una buena regañina. 
Pensamos que la gente puede madurar, exigimos que los niños modifiquen sus hábitos de comportamiento para que pueda existir una sociedad civilizada, pero cuando algún energúmeno al que le tenemos algo de cariño no ha cambiado sus hábitos de conducta a una edad adulta, en lugar de exigirle ese paso a la madurez o un cambio, lo que hacemos es que las personas que sí que son civilizadas tengan que pasar por el aro de sus decisiones para evitar las consecuencias de sus rabietas de niños grandes. 
¿Sabéis qué aprendemos con esas actitudes? ¿Sabéis qué enseñamos al mundo cuando nos comportamos de esa manera? Enseñamos a la gente que si eres una persona egoísta, pasota y agresiva siempre tendrás más derechos y concesiones que si eres una persona empática, calmada y reflexiva. Enseñamos que tratamos bien a quienes se portan "mal" y que puñeteamos a quienes se portan "bien" porque, total, estos últimos siempre tratarán de comprendernos y estarán ahí cuando nos hagan falta. Y eso, al final, lo único que puede conseguir es que la gente que, de otro modo hubiera sido comprensiva, acabe convirtiéndose en intransigente y egoísta con la única intención de que no se les pisotee. 
Aquello de "si al final me toca ser el malo, voy a tener que ser Peor".  
Así que ¡YA VALE! ¡dejad de decir frases tan estúpidas como "es que es así" o " es que ya sabes como es" o si no, ateneos a las consecuencias porque, al final, todo el mundo tiene un límite y recordando el refranero español "Dios nos libre de la ira del hombre manso".
Y, así, con las mismas, terminó el cigarro, imprimió algunas copias y decidió ponerlas por las farolas de su barrio esperando que, tal vez, alguien, al leerlo, cambiase su actitud y dejase de justificar actos injustificables.

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