domingo, 28 de marzo de 2010

29 de marzo

Decían que su sinceridad era tan corrosiva y letal como el ácido sulfúrico. Sin embargo, tenía una ventaja, era predecible, lo que hacía que siempre se la viera venir...

No obstante, de cuando en cuando, le gustaba jugar a ser cruel. Podéis imaginar, que en esas temporadas la hipocresía hacía acto de presencia y, como quien no quiere la cosa, llovían críticas mordaces disfrazadas de sonrisas por doquier.

La pude conocer de las dos maneras, y ¿qué os puedo decir? siempre preferí su faceta sincera, normalmente aunque brusca, siempre era cariñosa y constructiva. La otra sin embargo, hacía gala de esa capacidad de ser elegantemente asesina,que sólo tienen las mujeres.


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