sábado, 27 de marzo de 2010

27 de marzo

Podría decir que te echo de menos, que echo de menos besarte, hablar por teléfono horas sin tener nada que decir o mientras tú fumas un porro en la terraza de tu casa, tumbarnos a ver películas en el sofá, pasear por las calles de Albacete (sin saber si quiera qué queremos hacer), cocinar tartas del Mercadona de forma improvisada en tu cocina, comer juntos del chino que hay cerca de tu casa (esa rica ternera sa-cho que mezclábamos con arroz tres delicias) o simplemente ese "túh" que me alegraba el día. Pero sería injusto y poco concreto decir eso. Porque, aunque la mayoría de esas cosas podría ser divertido repetirlas otra vez, lo cierto es que no sentiría lo mismo. En realidad aún estabamos juntos cuando ya no podía sentirlo. Luego lo cierto es que no te echo de menos (aunque tengo ganas de verte), verdaderamente echo de menos aquello que sentía cuando eramos nosotros y no, simplemente, tú y yo.

Supongo que, en el fondo, era adicta a esa sensación...


No hay comentarios: