viernes, 17 de enero de 2014

Lucía

Me sorprende como las pequeñas cosas me recuerdan a ti. Como de pronto una pequeña tontería hace que enfile directamente hasta tu habitación convencida de encontrarte. Ahora mismo, por ejemplo, acabo de sacar una bolsa de palomitas recién hechas del microondas y toda la casa huele a maiz. No he podido evitar apartar unas poquitas "voy a llevarle unas palomitas a la yaya a la habitación que sé que le gustan mucho" después me he dado cuenta de que ya no estás y he sentido un absoluto vacío apoderándose de mi. 

Es cierto, te fuiste hace un par de días y aún soy incapaz de asumir que esto es definitivo. Jamás había pensado que podría perderte así, siempre me has parecido una mujer increíblemente fuerte...sé que nadie está preparado para perder a un ser querido pero puedo asegurarte que yo lo estaba aún menos para que tú te fueras, aún no logro entenderlo quizás me queda el consuelo de pensar que, si existe algo más allá, tú estarás disfrutando de la compañía de tu marido, tu hijo, y el resto de tu familia. Aún así me parece tan injusto...Pero en fin dejemos de hablar de mí. Hablemos de ti.. 

Porque no sé si lo sabréis pero mi yaya, (a la que por cierto no le gustaba nada que la llamaran "abuela" porque decía que eso es para viejos...xD) es (y sí, digo es porque para mí siempre seguirá siéndolo en mi corazón) una persona maravillosa y realmente especial. Sé que todo el mundo puede decir eso de las personas a las que quiere, pero os aseguro que ella realmente lo es.. 

Parisina de nacimiento aunque manchega de corazón jamás ha sabido lo que es el concepto "rendirse", sacó adelante (siempre con la ayuda y el apoyo de mi abuelo) a tres hijos maravillosos, aprendió a hacer doscientas manualidades diferentes y preciosas, la mayoría increíblemente complicadas y modernas, y jamás perdió la sonrisa de sus labios, aunque las cosas se complicasen. superó la pérdida de mi abuelo, y, aunque sólo ella sabe lo que debió costarle, siguió adelante tras la muerte de su hijo mayor, mi tío. 

No digo que no tuviese defectos, ¡Claro que los tenía! era  muy traviesa y más cabezota que una mula lo cual, por cierto, también le vino bien para ser quien era y superar los obstáculos de la vida. Era tremendamente golosa y muy golismera, le encantaba enterarse de lo que sucedía a su alrededor y si se empeñaba en algo que pensaba que era bueno para ti no hubiese aceptado jamás un "no" por respuesta. Tenía muchísimo genio cumplía aquello de "genio y figura" , aunque normalmente sabía dosificarlo. En resumen, era mi yaya, y todos esos pequeños "defectos" hacían de ella la mujer maravillosa que fue y que seguirá siendo siempre en mi recuerdo. Porque para mí, todas esas cosas no eran fallos, si no características increibles de su personalidad que la hacían tan sumamente genial. 

En cuanto a la lista de virtudes que tiene... puff.. esa si que es tremendamente larga. Por decir sólo unas cuantas era cariñosa, divertida, entregada y, en definitiva, una persona buena desde la cabeza a los pies. 

Como veis Lucía es, era y será, una persona increíble, buena, maravillosa pero, sobretodo, era mi yaya, una mujer que siempre estuvo ahí, que me contaba cuentos por las noches y me dejaba dormir abrazándola cuando tenía miedo o simplemente no quería dormir sola. Esa persona que preparaba nuestra comida preferida cuando sabia que íbamos a venir y que nos hizo un castillo de chocolate con foso y guardias de gominola. 

En fin, por desgracia, ya no está, no puedo volver abrazarla ni decirle que le doy mil besos "de no querer" y aquello de "que no se dise, pos si se dise, joé joé joé" pero si puedo recordarla, si puedo tenerla presente y seguir queriéndola como siempre, porque esté donde esté, desde luego el cariño jamás desaparece.

Te quiero Yaya. Y te querré Siempre.

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