Decidí ponerle cadenas a tu puerta para construir un puente levadizo y estoy esperando que decidas sentarte un día con un café para contarme la historia de tu castillo.
Mi propia puerta se convirtió en prisión y las cadenas, rotas por el tiempo, sucumbieron ante el orín de la dejadez... Soy objeto del tiempo y títere del pasado y quizás, sólo quizás, merezco cada cosa que el destino, a su entender malicioso, quiera enviarme…
1 comentario:
Mi propia puerta se convirtió en prisión y las cadenas, rotas por el tiempo, sucumbieron ante el orín de la dejadez... Soy objeto del tiempo y títere del pasado y quizás, sólo quizás, merezco cada cosa que el destino, a su entender malicioso, quiera enviarme…
Publicar un comentario